Los éxitos de la primavera árabe han dado esperanza a las mujeres de la región para pensar que la futura democracia no solo permitirá a la sociedad deshacerse del odioso régimen pasado, sino que también modernizará los aspectos conservadores de la sociedad. Creen que en un futuro próximo no solo podrán alzar la voz, sino incluso participar en la política de su país.
"Los egipcios tienen prejuicios a la hora de votar a una mujer"
La activista y periodista egipcia Bothaina Kamel gracias a su participación activa en la revolución y sus discursos pro democráticos, se ganó la fama de "una mujer con la fuerza de cien hombres", y ahora quiere ser la primera mujer presidente de Egipto.
Kamel se da cuenta de que convencer y ganarse la aceptación como candidata siendo mujer es una tarea muy difícil. "Los egipcios tienen prejuicios a la hora de votar a una mujer, pero el pueblo votará a alguien que pueda ayudarles. Estoy lista para ayudar a la gente, ellos votarán por mí. La gente es muy práctica", afirma.
En la base de su campaña electoral está la lucha contra la corrupción y la pobreza. Ella declara que el hecho de ser mujer no quiere decir que su único objetivo será enfocarse en el desarrollo de los derechos femeninos, sino en los derechos de toda la población egipcia.
"Lo que necesitamos no es solo una revolución política, sino también una revolución social", asegura.
Nuevo Gobierno libio, ¿con mujeres entre los ministros?
Esta semana el presidente del Consejo libio de Transición, Mustafá Abdel Yalil, durante su discurso en la plaza central de Trípoli comunicó una insólita noticia: en un futuro próximo el país, que vivió durante más de 40 años con el régimen de Yamahiriya, tendrá mujeres entre sus ministros.
"Buscamos un Estado de Derecho, y de prosperidad donde la Sharia sea la única fuente de legislación y las mujeres se incorporarán a las tareas de Gobierno", dijo, prometiéndoles más cuota de poder en la nueva Libia.
"Somos una nación musulmana, con un islam moderado, y vamos a mantener eso", sentenció.
Las jóvenes que asistieron al acto recibieron con aplausos el discurso de Yalil. Ellas creen que los ideales que ansían, participando en la revolución, se convertirán en realidad y en un futuro próximo desempeñarán un papel determinante en este país.
Sin embargo, el camino que les queda por recorrer, al parecer, es aún largo y tortuoso. Entre los 45 miembros del CNT, el organismo que dirige el país, solo hay una mujer. Además pocos días antes del gran discurso de Yalil, el primer ministro del CNT, Mahmud Yibril, habló de aumentar los miembros del Consejo en una rueda de prensa, pero en ningún momento mencionó a las mujeres.
¿Qué superará: la democracia o el Islam?
El libro sagrado musulmán, el Corán, directamente dice que los hombres están un grado por encima de las mujeres. El Corán da el derecho a los hombres a controlar al sexo femenino, dirigirlo.
"Los hombres tienen autoridad sobre las mujeres en virtud de la preferencia que Alá ha dado a unos sobre otros y de los bienes que gastan. Las mujeres virtuosas son devotas y cuidan, en ausencia de sus maridos, de lo que Alá manda que cuiden. ¡Amonestad a aquéllas de quienes temáis que se rebelen, dejadlas solas en el lecho, pegadles!", dice el Coran (4,34).
Entretanto, el tiempo corre y la sociedad se desarrolla. Las mujeres musulmanas poco a poco alzan la voz. La nueva historia del mundo musulmán ya tiene precedentes de mujeres en el poder, basta recordar a Benazir Bhutto en Pakistán o Tansu Çiller en Turquía. Pero la cuestión es si la sociedad que ha vivido decenas de años en regímenes duros ya está realmente dispuesta a rechazar el conservadurismo y a dar paso a las mujeres al poder. ¿Qué prevalecerá en la nueva democracia musulmana que pretenden crear los nuevos revolucionarios árabes: la democracia o el Islam?