El ex capitán del club de hockey Lokomotiv Iván Tkachenko, fallecido en la tragedia aérea de Yaroslavl el pasado 7 de septiembre, enviaba anónimamente grandes cantidades de dinero a niños que sufren de cáncer.
La última donación del jugador fue el mismo día del accidente, a 15 minutos de subir al avión con destino a la capital bielorrusa, Minsk. Mandó dinero a la joven de 16 años Diana Ibraguímova, enferma de leucemia y cuya familia se enteró del nombre de su benefactor dos semanas después del terrible suceso.
“No sabíamos quién nos ayudaba. Nos han llegado dos sumas de medio millón de rublos [casi 16.000 dólares] de un tal Iván Leonídovich [su patronímico]. Pensaba que, seguramente, era un empresario, y ni se me pasó por la cabeza que fuera un conocido jugador de hockey”, asegura la madre de Diana, Elena Alatólievna.
Iván Tkachenko no comentaba a casi nadie sus acciones benéficas, incluso exigió que bajo ningún motivo revelaran su nombre. “Vania [diminutivo de Iván] adoraba a los niños. Su mujer está embarazada por tercera vez”, cuenta un amigo del deportista.