Los 20 años de la institución presidencial de Rusia
Rusia ha recorrido un largo camino hacia la formación de un moderno Estado democrático. Después de la caída de la Unión Soviética en 1991, empezó la construcción de un nuevo modelo estatal, en el que uno de los principales lugares lo ocupó la institución de la presidencia.
Desde entonces el presidente ruso determina el rumbo de la política interior y exterior del país, actúa como garante de la Constitución, de los derechos y libertades de los ciudadanos y también es el comandante supremo de las Fuerzas Armadas nacionales.
“Se han cumplido diez años de la institución presidencial en el país. Hace diez años empezaron a construirse los cimientos de las libertades civiles, del proceso electoral y del derecho de la población a unirse en agrupaciones independientes”, señaló el entonces presidente ruso, Vladímir Putin, el 12 de junio de 2001.
El primer presidente ruso, Boris Yeltsin, fue elegido el 12 de junio de 1991 a través de una votación popular antes de que cayera la URSS. Él contribuyó al cambio del modelo político y a la superación del sistema socialista. Uno de los principales logros de Yeltsin fue la aprobación de una nueva Constitución, que entró en vigor en diciembre de 1993. La nueva carta magna concedía al líder del país un amplio abanico de poderes.
El primer jefe del Estado permaneció en su cargo durante dos mandatos de cuatro años cada uno. En el umbral del nuevo siglo, el 31 de diciembre de 1999, Boris Yeltsin anunció su renuncia anticipada. “Hoy me dirijo a ustedes como el presidente de Rusia por última vez. He tomado la decisión después de haberlo pensado mucho y dolorosamente. Hoy, en el último día del siglo, dimito”, señaló entonces.
Los poderes presidenciales fueron traspasados a Vladímir Putin, quien tomó posesión del cargo en mayo del año 2000. Ese mismo año, el líder del país creó un nuevo cargo: el del representante plenipotenciario del presidente en el distrito federal. La principal obligación de ese nuevo alto funcionario consistiría en aplicar los poderes constitucionales del jefe de Estado.
Cuatro años más tarde Putin expresaba la necesidad de centralizar y fortalecer el poder ejecutivo para luchar contra el terrorismo. Para ello se realizó una reforma del proceso de nombramiento de los dirigentes de los estados federados. Estos pasarían de ser elegidos por votación a ser designados por el máximo mandatario.
Según la constitución nacional, el presidente no puede ocupar su cargo más de dos mandatos consecutivos. De ahí que el 7 de mayo de 2008 se abriera una nueva etapa en el país con la llegada al poder del actual mandatario ruso: Dmitri Medvédev.
"Juro en cumplimiento de mis deberes como presidente de la Federación Rusa, respetar y proteger los derechos y libertades del hombre y del ciudadano, guardar y proteger la Constitución de la Federación Rusa, defender la soberanía e independencia, seguridad e integridad del Estado y servir fielmente al pueblo”, dijo en su toma de posesión Medvédev.
Medvédev destacó rápidamente por su aspiración a promover ideas de modernización en varias esferas, tales como el desarrollo tecnológico y la economía.
Entre los cambios legislativos cabe reseñar la decisión de alargar la duración del mandato presidencial de cautro a seis años.
“Propongo aumentar los plazos constitucionales de los mandatos del presidente y la Duma Estatal hasta 6 y 5 años respectivamente. No se trata de una reforma sino de una corrección de la Constitución. Se trata de enmiendas importantes que precisan pero no modifican la esencia de las instituciones políticas y jurídicas existentes”, señaló Medvédev el 5 de noviembre de 2008.
Durante su estancia en el cargo, cada uno de los presidentes ha realizado su particular contribución a los cambios en el sistema político y legislativo de Rusia. En el año 2012 tendrán lugar de nuevo elecciones presidenciales e independientemente del resultado, el nuevo líder pondrá sobre la mesa los nuevos retos y perspectivas para seguir construyendo el futuro del país.