Un Tribunal Militar condena a siete años de prisión al soldado más joven del grupo de militares estadounidenses acusados del asesinato de civiles afganos por diversión.
Andrew Holmes, de 21 años de edad, reconoció haber matado a tiros a un joven afgano y sacar fotos con él como si fuera un trofeo. El reconocimiento de la culpabilidad fue parte del acuerdo con el juez para evitar una sentencia de 15 años. Además, se tiene en cuenta que Holmes ya pasó 499 días en prisión preventiva en espera de la sentencia.
Los incidentes se produjeron entre enero y mayo del año 2010, en la provincia afgana de Kandahar. Según la investigación, los militares cometían los crímenes sólo por gusto y después sacaban fotos de sus víctimas y guardaban sus huesos como trofeos.
El Tribunal ya había condenado también a Adam Winfield y Jeremy Morlock a tres y 24 años de cárcel, respectivamente. Según confiesan los condenados, el inspirador de las atrocidades era Calvin Gibbs, que aún espera sentencia y se niega reconocer su culpabilidad.