Los líderes mundiales expresaron que van a seguir colaborando con Rusia, independientemente de quién sea el próximo Jefe de Estado. Así fue la reacción general a la información de que Vladímir Putin presentará su candidatura para las elecciones presidenciales del 2012.
Dmitri Medvédev, quien propuso esta idea durante un congreso del partido gobernante la semana pasada, a su vez expresó su disposición a convertirse en primer ministro en el futuro.
Varios economistas creen que la estrategia de continuidad del curso político del Kremlin sería beneficiosa para Occidente ya que los cambios drásticos en Rusia podrían provocar malas consecuencias no sólo para este país sino también para todo el mundo.
Sin demostrar una gran sorpresa por esta noticia, los observadores y especialistas políticos afirman que el rumbo de ambos líderes rusos coincide en muchos aspectos y su disposición a trabajar como un tándem parece muy lógica.
“El actual primer ministro Putin y el presidente Medvédev tienen una visión común del futuro de Rusia. Ellos dos soportan la idea de modernización para su país”, afirmó Gerhard Mangott, profesor de la Universidad de Innsbruck.
El mayor desafío para el nuevo presidente será el de hacer frente a la situación económica. Hay un “estremecimiento” en los mercados ante la crisis, existe temor en numerosos estados europeos que están situados al borde de un abismo financiero.
En estas condiciones los economistas subrayan que la estabilidad política en un Estado es una gran ayuda para enfrentarse con mayor probabilidad de éxito a este tipo de dificultades.
Corroborando esta idea de los expertos, el primer ministro de Polonia, Donald Tusk, dijo que cierto equilibrio político en Rusia es conveniente para los intereses de Europa.
Washington, por su parte, promete seguir con la política de reinicio de las relaciones con Rusia, independientemente de quién sea el próximo presidente.
“Las relaciones económicas conforman el punto más importante en la agenda mundial de hoy: cómo las economías cooperan la una con la otra, si lo hacen bien, si ellos ahorran o, por el contrario, gastan. Toda la red económica, el gran sistema financiero mundial; ese es el asunto más importante”, dijo Ricardo Young, analista político de la emisora 'Voice Of Russia'.
Por eso, Young cree que no habrá serios cambios en las relaciones ruso-estadounidenses, “simplemente porque económicamente todo está muy relacionado”.
Berlín también expresa su disposición de trabajar con Moscú con independencia de cuál sea el nombre de su líder. Según la canciller Ángela Merkel, a Rusia y Alemania les une la fuerte cooperación estratégica establecida desde hace tiempo.
Varios expertos destacan que durante sus mandatos presidenciales, Putin ha conseguido frutos visibles y ha puesto las relaciones diplomáticas y comerciales con numerosos países a otro nivel, destacando el fomento de los vínculos ruso-latinoamericanos.
Otro punto de la situación que se plantea en el futuro próximo de Rusia es cómo funcionaría esa política de "tándem". Varios observadores señalan que para Occidente es beneficiosa esta fórmula de trabajo, ya que ambos (Putin y Medvédev) tienen su propio estilo y poseen un rumbo político fijado. No llevar a cabo esta estrategia de continuidad y, por lo tanto, generando un cambio drástico en la dirección de Rusia, afectaría a los contactos con el resto de la comunidad internacional.
Según el experto político Lajos Szaszadi, el cambio no importa mucho para aquellos estados que quieren tener buenas relaciones con Rusia, puesto que esos países “seguirán persiguiendo una política de acuerdo a sus intereses nacionales”.
Teniendo en cuenta los principales desafíos actuales, por ahora sólo se puede predecir una cosa: que la tarea del próximo líder ruso (cualquiera que salga elegido en 2012) no será fácil.
Y si el nombre que finalmente obtiene la victoria en los comicios es el del actual primer ministro (que ocuparía por tercera vez en su carrera el despacho presidencial), seguro que ya nadie se aventurará a preguntar eso de ¿quién es Mr. Putin?