El Departamento de Estado de EE. UU. expresó este martes su "profunda decepción" por la decisión de Israel de construir otras 1.100 viviendas en el barrio de Gilo en Jerusalén, la zona ocupada en la Guerra de los Seis Días de 1967. Victoria Nuland, portavoz del Departamento de Estado, dijo que la decisión no ayuda a los esfuerzos para reanudar las negociaciones directas entre israelíes y palestinos. "Estamos profundamente decepcionados por el anuncio y creemos que es contraproducente para los esfuerzos de devolver a ambas partes a la mesa de negociaciones para alcanzar una solución pacífica", dijo Nuland.
Además, los Gobiernos de España y Francia condenaron este martes la aprobación de nuevas viviendas en el este de Jerusalén por considerarlo "contraproducente" en un momento en el que "la comunidad internacional multiplica sus esfuerzos" para que Israel y los palestinos retomen las conversaciones de paz, como declaró el Ministerio francés de Exteriores. El Ministerio español de Asuntos Exteriores y Cooperación, dirigido por Trinidad Jiménez, consideró también en un comunicado que la decisión de ampliar el asentamiento de Gilo constituye un paso atrás para alcanzar una paz "global, justa y duradera" sobre la base de una solución para los dos estados, que permita que "convivan en paz y seguridad".
El proyecto urbanístico en Gilo, que incluye un centro comercial, fue aprobado este martes por el Comité de Planificación de Jerusalén, última instancia para este tipo de planes. El presidente palestino, Mahmud Abbas, que la semana pasada solicitó a la ONU el reconocimiento de Palestina como Estado, ha reclamado que la construcción de asentamientos israelíes se detenga antes de una reanudación del diálogo de paz y ha reiterado que no negociará a menos que se paralice totalmente la colonización. El negociador palestino, Saeb Erekat, dijo este martes que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, "ha dejado en vergüenza a todos los que en la comunidad internacional insisten en que hay un socio para la paz en Israel".
Mientras tanto, Benjamín Netanyahu ya dio a entender que no tenía la intención de congelar la construcción de asentamientos ni en Cisjordania ni en Jerusalén Este, tal y como exigen los palestinos, para intentar reabrir las negociaciones. "Es un pretexto que usan y vuelven a usar, pero mucha gente ve que es una treta para eludir las negociaciones directas", dijo el primer ministro israelí.