Los cubanos podrían cambiar sus viejos Lada por vehículos norteamericanos
Un paseo por La Habana revela que el país está lleno de coches rusos. Es el vestigio de décadas de patrocinio soviético.
Cuba está sólo a 90 millas de la costa estadounidense. Sin embargo, además del mar, les separa medio siglo de comunismo. Antes era un puerto hospitalario para los marineros americanos. Cuando Fidel Castro asumió el poder, Washington cerró las fronteras con Cuba y así la isla se convirtió en un destino ilegal para los turistas estadounidenses.
Pero el futuro próximo puede traer una corriente nueva a la industria turística de la isla. Ya se notan los cambios. Fidel entregó el poder a su hermano reformador Raúl. Él se mostró dispuesto a restablecer las relaciones con EE.UU. Por su parte, el presidente estadounidense Barack Obama prometió cerrar la carcel de Guantánamo y levantar el embargo.
Muchos temen que la apertura del comercio con EE.UU. haga desaparecer los legendarios coches antiguos de producción soviética que hay en el país. Estos automóviles son parte de la cultura cubana. “Estos coches son muy duraderos y longevos”, dice un cubano, mostrando su coche “Lada” producido en los años 80.
A Rusia sólo le queda esperar que los cubanos prefieran sus viejos vehículos y no los competitivos automóviles occidentales.