Al menos trece personas, entre ellas seis funcionarios de la ONU, han muerto este miércoles durante un asalto talibán contra la casa de huéspedes de la ONU en el centro de la capital afgana. Según una fuente policial, las fuerzas de seguridad de Afganistán ya han establecido el control de la situación.
Los autores del ataque tomaron a varios miembros del personal de la ONU como rehenes.
Nada más perpetrarse el ataque, los talibanes se atribuyeron la responsabilidad de este acto terrorista. Paralelamente, se dispararon varios cohetes contra el Hotel Serena, ubicado en el centro de Kabul. Según los testigos, más de cien personas fueron trasladadas a un refugio subterráneo, pero no hay información sobre las víctimas. El portavoz del Ministerio del Interior afgano, Zemarai Bashary, indicó que acabaron con la vida de tres de los terroristas que atacaron la casa de huéspedes y arrestaron a otros dos, dando la operación por terminada.
Agencias de información mundiales hablan de los intensos disparos de armas automáticas que resonaban en la capital, junto a columnas de humo oscuro que se elevaban sobre los edificios. Un testigo indicó a Reuters que la policía cerró varias calles mientras continuaban los enfrentamientos, y el eco de las sirenas llenaba toda la ciudad.
Los talibanes han prometido realizar ataques antes de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Afganistán, que tendrán lugar el 7 de noviembre. Mientras que el nivel de violencia está aumentando, las autoridades estadounidenses están decidiendo si enviar o no soldados adicionales a luchar en contra de los talibanes en Afganistán.
Según Reihan Salam, miembro de New America Foundation on Afganistan, cuando uno tiene una estrategia anti-insurrección ofensiva no puede evitar altas pérdidas. “Lo vimos en Irak en 2006. Si se subraya la seguridad de las tropas más que la de la población afgana, habrá menos pérdidas, pero no se consigue el objetivo estratégico”, dijo Salam en la entrevista a RT. El experto supone que ahora es importante para Afganistán conseguir una división del poder en el Gobierno para que sea representativo. “Si logramos hacerlo, creo que la aparición del gobierno legítimo no es nada imposible, a pesar de los fracasos en las elecciones anteriores”, dijo.