"Una curandera mató a mi hijo"
Para una familia de la ciudad rusa de Ussurísk un viaje curativo se transformó en una película de terror cuando su hijo Dima, de cuatro años, murió en una sesión de exorcismo.
La madre de Dima, Nadezhda, sigue sin creer lo que pasó. La mujer decidió llevar a su madre enferma al pueblo de Serguéyevka, en la región de Primorie, para que la tratara una curandera local, y llevó a su pequeño hijo consigo. Pero nada más ver al niño, la medicastra afirmó que al que había que curar era al niño, y no a su abuela.
“Decía que a todos nos habían echado mal de ojo, y que mi hijo estaba maldito”, recuerda la madre. “Sujetábamos a Dima, y la curandera le preguntaba: '¿Cómo te llamas?'. Mi hijo le respondía, pero ella decía: “No es verdad, te llamas Lucifer, eres el Lucifer, eres el demonio”.
Luego la curandera empezó la sesión de exorcismo y pidió a los asustados padres del chico que salieran fuera y esperasen en el patio. Dima estuvo a solas con ella alrededor de 40 minutos. Y cuando los padres volvieron, el cuadro hablaba por sí solo.
“Entré corriendo y lo vi tumbado, con un color de piel como el que tienen los muertos”, recuerda el tío de Dima. “Tenía moratones en las muñecas, en la parte de atrás del cuello, en la barbilla y en las piernas. Lo estaban agarrando”.
Los familiares de Dima llamaron una ambulancia, pero al llegar, lo único que pudieron hacer los médicos fue confirmar la muerte del niño.
Valentina, la curandera de origen coreano, está bajo libertad condicional desde que ocurrió la tragedia y evita cualquier contacto con la gente.
Sin embargo, en el pueblo de Serguéyevka nunca se ha hablado de los poderes curativos de Valentina. Lleva viviendo aquí más de 15 años, pero los vecinos la conocen más bien como a una buena peluquera.
“Sabíamos que era una buena peluquera y trabajaba en eso. Y después supimos que también es curandera”, dice Liudmila Grigórieva, una residente local.
La madre del niño fallecido, Nadezhda, cursó una denuncia y el Comité de Investigación de la Fiscalía de Primorie abrió una causa penal.
“La madre del niño ha exigido responsabilidad penal de los así llamados curanderos que, según ella, son culpables de la muerte de su hijo”, afirma el primer ayudante del jefe del Comité de Investigación Avrora Rímskaia. “Durante la investigación, ha quedado demostrado que el 10 de julio de 2010, durante una sesión de medicina no convencional, un niño falleció súbitamente”.
La curandera fue acusada de homicidio no intencionado. Transcurrido ya un año de aquellos sucesos, la investigación ha sido cerrada porque a la mujer se le diagnosticó demencia. Un veredicto que jamás podrá compensar a los padres por la pérdida de su pequeño Dima.