Las protestas contra la situación social y económica que reina en el país norteamericano se difunden a las calles de Chicago, St. Louis, Kansas City y otras urbes. Sin embargo este tema casi no aparece en las noticias de la mayoría de principales medios de comunicación estadounidenses.
Como si se tratara de un país a punto de explotar. Ciudadanos marchando, enfrentándose a la policía; veteranos de los cuerpos de infantes de marina pasando día y noche en pie de guerra contra la corrupción y el descontrol financiero de Wall Street. Se trata del descontento social que ha hecho erupción en Estados Unidos desde hace varios días.
Ignorado por las primeras tres semanas en el barrio neoyorquino de Wall Street, el movimiento pacífico de estos jóvenes pasó a tomar otras medidas: los asistentes aumentaron y también su descontento. Incluso muchos de los participantes comparan a este movimiento a la Primavera Árabe, pero en su equivalente norteamericano: el invierno del Capitalismo Estadounidense, un paso más cerca de una verdadera revolución social.
“Como la primavera árabe este es un otoño, es el invierno del capitalismo. Cada día se une más gente. Sistema no funciona, sistema con miles de casas vacías. Es el comienzo de revolución en estados Unidos”, dijo Michael Martínez, manifestante, miembro del partido "Mundo obrero", Los Ángeles.
Y es que los masivos arrestos han causado simpatía en la opinión pública.
“No es nada más que un intento de la policía de tapar el descontento masivo de la población. El gobierno de EE. UU. habla sobre la democracia a lo largo y ancho de todo el mundo y al mismo tiempo bombardea a personas en muchos países. Y aquí, en casa, no permiten a las personas estar involucradas en protestas democráticas, en manifestaciones contra la dominación de Wall Street. Y estas protestas representan los intereses de la mayoría absoluta de los estadounidenses. Las últimas encuestas muestran que el 75 por ciento de la población apoya estas manifestaciones”, destacó Sara Flounders, cofundadora del centro de acción internacional.
Sin embargo, a los medios de comunicación del país poco parece importarles las demostraciones y en el mejor de los casos, las páginas de los principales rotativos estadounidenses prefieren ignorar el problema; lo mismo ocurre con las grandes cadenas noticiosas.
“Están más preocupados de lavarle el cerebro a la gente con programas deportivos y de variedad. Y cualquier cosa que sirva para distraer al público de los principales asuntos. Ahora mismo, esto es lo importante”, indicó John Reig, asistente a las protestas, Nueva York.
Para los analistas, estas demostraciones populares ocurren porque para la mayor parte de los estadounidenses, la posibilidad de ser escuchado a través de los medios de comunicación y los canales tradicionales de la política bipartidista continúa siendo algo relativamente lejano.
“Habla de que no hay diferencias entre partidos, entonces la gente busca otra opción, no hay partido que representa a los obreros. Crece un movimiento independiente de partidos, que llega desde abajo y podría traer cambios puede provocar una reacción en cadena, no solo en Estados Unidos, sino que en todo el mundo. Y este es su objetivo”, dijo Ronald Gochez, organizador comunitario.
Al mismo tiempo, las posibilidades de emitir opiniones en un contexto abierto al debate parecen haber desaparecido en medio de la recesión económica.
Y en este sentido, las manifestaciones en Wall Street y otros espacios simbólicos del poder monetario son una prueba irrefutable de que la voz del ciudadano común no puede ser silenciada. Ni con policías, ni con sistemas políticos. Y junto a la represión, los índices a nivel nacional en términos de empleo, liquidez y solvencia, parecen indicar que el descontento continuará a paso constante.
Y uno de los objetivos de las protestas que abarcan EE.UU. es "romper el matrimonio corrupto que existe entre las élites económicas y políticas del país norteamericano". Es la opinión del profesor del "Brooklyn College", Alex Vitale quien comentó la situación a RT.
“Lo que está sucediendo allí no es un misterio para los norteamericanos. En EE. UU. hay un claro sentimiento de que el poder de Wall Street está fuera de control y que ellos son responsables los sufrimientos que padece nuestra economía. Y creo que particularmente los jóvenes sienten que en el futuro tendrán que pagar por los grandes sueldos y los bonos que reciben ahora los ejecutivos de Wall Street. Creo que la juventud está buscando soluciones a largo plazo. Lo que quieren hacer, creo yo, es crear un clima político, en el que varios actores puedan empezar a hablar en serio sobre las reformas importantes que podrían romper este, digamos, matrimonio corrupto entre las élites económicas y políticas en EE. UU.”, dijo Alex Vitale.