El embajador de la Federación Rusa ante la ONU, Vitali Churkin, aclaró la posición de su país respecto a la votación en el Consejo de Seguridad de la resolución sobre Siria y el veto impuesto por Rusia y China. Churkin comentó que aprobación de ese documento solo aumentaría la tensión entre el Gobierno y la oposición siria.
El diplomático ruso subrayó que el proyecto de resolución fue votado “en el ambiente de las declaraciones de los líderes occidentales que ya no encuentran legítimo al gobierno de Bashar al-Assad y llaman a la oposición a que rechace el diálogo con el Gobierno sirio”.
Churkin también señaló que los opositores han pasado de la lucha armada a los atentados terroristas, y anunció que Rusia espera que la oposición pacífica siria se distancie de los extremistas e inicie un diálogo con las autoridades. Según Churkin, precisamente en esa dirección iba dirigida la propuesta ruso-china de resolución, “pero no fue acogida por los miembros occidentales del Consejo”.
Respecto a la postura de Occidente, China, a través de su representante Li Baodong comentó: “El proyecto de la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU (…) se resumía en presionar Siria y amenazar con aplicar sanciones. Esto no contribuía a aliviar la situación en Siria”.
A su vez, EE. UU. mostró su malestar por el resultado de la votación. Su representante, Susan Rice, expresó la indignación del país con siguientes palabras: “Otros afirman que una acción firme del Consejo de Seguridad sobre Libia sería un pretexto para la intervención militar. No hay duda, no se trata de la intervención militar. No es Libia. Es un subterfugio barato por parte de quienes prefieren vender armas al régimen sirio antes que estar con la población siria”.
El embajador Gerard Araud apoyó a Rice, al decir que el veto es “el rechazo a un movimiento extraordinario como es la 'Primavera Árabe', que apoya la libertad y la democracia”. Y el embajador de Reino Unido, Mark Lyall Grant, dijo que la votación “será una gran desilusión para la gente de Siria y para la región, ya que algunos miembros del Consejo no pudieron mostrar su respaldo a la lucha por los derechos humanos básicos”.
Según estimaciones de la ONU, desde el inicio del conflicto sirio han fallecido ya más de 2.700 personas.
Mientras tanto, la información sobre las víctimas de la violencia del régimen no siempre resulta verdadera. Una de ellas, Zainab al-Hosni, quien -como se reportó en su momento- fue reconocida por sus padres en entre los cadáveres de una morgue y se convirtió en uno de los símbolos de la severidad del Gobierno, apareció recientemente en la televisión siria sana y salva.
La mujer contó que no fue detenida, sino que huyó de la familia para escapar de maltrato de sus hermanos y se escondió en casa de unos familiares. Según sus palabras, decidió aclarar la situación tras la aparición de los datos erróneos sobre su muerte.