El Gobierno de EE.UU. ha obtenido una orden judicial secreta que obliga a la compañía Google y el pequeño proveedor de internet, Sonic.net, a revelar datos de las cuentas de correo electrónico de un voluntario de WikiLeaks, según The Wall Street Journal.
La orden judicial incluye peticiones de información de las direcciones de correos electrónicos del colaborador del sitio web especializado en filtraciones Jacob Appelbaum y de personas con las que intercambió mensajes durante los últimos dos años. La orden que está fechada el 4 de enero de 2011, exige que Google entregue la dirección IP desde la que Appelbaum registró en su cuenta de Gmail y las direcciones de correo electrónico y la IP de las personas con quienes se comunicaba, aunque no los mensajes completos de dichos correos.
Appelbaum, de 28 años, es especialista en seguridad informática y hacker, pero más conocido como portavoz de la página web WikiLeaks. Había trabajado para Greenpeace y de momento es un empleado de la Universidad de Washington. Además, Appelbaum es uno de los desarrolladores del Tor Project Inc., la compañía que diseña un sistema que permite a sus usuarios comunicarse en internet de manera anónima.
La polémica orden judicial ha reabierto el debate en EE.UU. sobre una controvertida norma de 1996 -la Ley de Privacidad de las Comunicaciones Electrónicas (Electronic Communications Privacy Act, en inglés)- que permite que el Gobierno obtenga secretamente información de los correos de las personas y los teléfonos celulares sin necesidad de una orden judicial previa.
Según informó el director de Sonic.net, Dane Jasper, este proveedor de internet luchó legalmente contra esa orden, pero al final perdió y se vio obligado a entregar esa información. No obstante, no está claro si Google apeló la polémica orden o entregó enseguida los datos: el principal buscador del mundo no quiso realizar comentarios al respecto. Por su parte, Appelbaum aún no ha sido acusado formalmente de ningún delito.
Anteriormente, en enero pasado, el Gobierno estadounidense exigió a Twitter, con una orden judicial similar, todos los datos personales, incluyendo los de Appelbaum, y mensajes privados escritos desde el 1 de noviembre de 2009 que hicieran alusión al portal WikiLeaks, así como a su fundador, Julian Assange, como parte de una investigación penal iniciada por el Departamento de Justicia. Pero Twitter no ha entregado esa información.