Hombres rusos, una especie en peligro de extinción
Además de que cada año nacen menos varones en Rusia, la probabilidad de muerte prematura de las personas de sexo masculino en este país es 20 veces más alta que en el resto de Europa. Otro problema es que la naturaleza masculina está cambiando incluso a nivel biológico. Esto lo revelan los resultados de numerosos estudios.
Según Margarita Ánshina, vicepresidente de la Asociación rusa de Reproducción del Hombre y directora del centro internacional de reproducción y genética, lo que antes era esterilidad, ahora es una norma. La experta comenta: “Hace 20 años en un mililitro de esperma había entre unos 160 y 200 millones de espermatozoides. Después estos índices bajaron a 120. Después a 50. Ahora son 15”.
Aparte, espermatozoides de muchos hombres presentan mutaciones: tienen dos flagelos y dos cabezas. Shamíl Galímov, profesor de la Universidad Estatal de Medicina de la república rusa de Bashkortostán, subraya: “Se trata de un cambio drástico de la calidad de esperma”.
“Tras realizar los estudios de la influencia del medio ambiente en la salud de los hombres, vimos que el semen contiene plomo, mercurio y otras sustancias. Prácticamente se podría decir que los espermatozoides de los hombres que viven en los países con una industria desarrollada nadan en un ‘caldo tóxico’", explica el médico.
Como resultado de todos estos factores, el 15 % de las parejas en edad de procrear no logra concebir un hijo. Además, cada vez nacen menos varones. Según los científicos, los hombres se ven más afectados por los cambios sociales que las mujeres y los últimos acontecimientos como la crisis, atentados terroristas y demás sucesos extremos perjudican al cromosoma "Y", responsable de determinar el sexo masculino en un embrión.
Sveltana Smeyáguina, mujer que tiene cinco hijas, cuenta que cuando su marido y ella estaban esperando a Elena, su niña mayor, no pensaban en el sexo del bebé en absoluto: “Daba igual si será chica o chico”. En su próximo embarazo tuvieron gemelos: “Nos predijeron que serían dos chicos y hasta recomendaron los nombres, de Artiom y Fiódor. Ahora son Ana y Lisa. Con Olga nos garantizaron que iba a ser un Timoféi. Y sólo María fue María desde principio. Yo estaba feliz de que era una niña. Ya no sabría qué es lo que hay que hacer con los chicos”.
Otro factor que pone al hombre ruso en peligro de extinción es la tasa de mortalidad. Según acentúa Shamíl Galímov, “la probabilidad de muerte prematura entre los hombres en Rusia es 20 veces más alta que en el resto de Europa. Esto es en parte consecuencia del estrés socioeconómico de los años 90. Por otro lado, influyen las malas costumbres como el consumo de tabaco y alcohol”.
Conforme a la cifra oficial, la esperanza de vida del hombre en Rusia tan sólo se acerca a los 60 años, mientras que la de la mujer es de unos 12 años más. Según los datos del censo de la población 2010, hoy en Rusia los hombres ya son 9,8 millones menos que las mujeres. Los expertos insisten en que para poner fin a esta alarmante tendencia hace falta crear un programa nacional que se centre en los problemas masculinos.