Las protestas organizadas por el movimiento "Ocupa Wall Street" se extienden rápidamente desde Nueva York a otras partes de EE UU., convirtiéndose poco a poco en un fenómeno nacional.
La noche del 12 de octubre la policía de Chicago arrestó a más de 20 manifestantes que protestaban por la desigualdad social en EE. UU. En los mitines participaron alrededor de 3 mil personas.
En Boston, 700 oficiales del orden desalojaron a cientos de manifestantes de un parque público y detuvieron a 129 de ellos en una plaza de la ciudad, tras dispersar la protesta.
En Los Ángeles también miles de personas han salido a las calles para mostrar su indignación por la actuación usurera e ineficiente de las instituciones financieras y políticas. Según las estadísticas más de 4 millones de estadounidenses fueron echados de su trabajo en este año.
“Ellos han tomado el control de nuestra vida y nuestro dinero”
“Estamos aquí para decirle a los banqueros que se han robado todo el dinero de la gente y lo queremos de vuelta”, dicen los organizadores de manifestaciones en el centro de Los Ángeles, que tomaron las oficinas de un banco de la ciudad.
Rose Gudiel, una de los damnificados por la crisis económica, se unió a las manifestaciones luego de recibir un aviso de desahucio por no poder pagar su préstamo hipotecario. “Soy una trabajadora pública, me redujeron mis horas y el sueldo”, se queja.
Su hermano murió, generandole más dificultades financieras. Ella reclama que su banco se negó a renegociar su préstamo y reconoce que anteriormente fue arrestada por participar en otra protesta. Para ella este tipo de acciones tendrá resultados positivos al final. “Ellos han tomado el control de nuestra vida y nuestro dinero. Tenemos que pelear y eso es lo que estamos haciendo en este punto”, expresó.
“Wall Street creó este lío y debe responder por ello”
Estadounidenses de todas clases se reúnen en grupos para protestar. Desde propietarios en riesgo de desalojo, hasta desempleados y otros afectados por la crisis económica acuden en masa a las recientes marchas.
“Hace dos años perdí mi trabajo por la crisis causada por los bancos”, contó Javier Sarmiento, quien solía fabricar repuestos para autos. Ahora, este padre de dos niñas está batallando para no perder su hogar. “Wall Street creó este lío y deben responder por ello”, considera.
Todavía hay incertidumbre sobre el futuro de las protestas y si servirán para generar cambios directos en el sistema. Lo único claro ahora es que la pauperización económica ha logrado que los americanos lleven de verdad su democracia a las calles.
Según Sirena Pellarolo, activista y profesora de la universidad de California, el sistema político y económico actual de EE. UU. pasa por un momento de implosión absoluta y es incapaz de resolver los problemas en el país. "Hay que crear un mundo nuevo, un nuevo sistema más equitativo, más local, más responsable y más solidario", opina.