Los hispanos del estado norteamericano de Alabama han convocado una huelga en señal de protesta por la nueva ley migratoria, considerada por los medios como la más estricta de la nación.
Este miércoles muchos inmigrantes no fueron a trabajar o dejaron sus tiendas cerradas en varias ciudades para hacer sentir el peso latino en la economía de este estado suroccidental del país.
La polémica ley permite a los policías detener por tiempo indefinido a todo sospechoso de no tener los papeles migratorios en regla, y exige que los centros de enseñanza comprueben los documentos de quienes se matriculan en ellos.
Los republicanos que promovieron la ley afirman que sólo afectará a los inmigrantes indocumentados.
No obstante, existe la opinión generalizada de que la legislación generará problemas en el ámbito social y económico.
“Va a multiplicar las dificultades, va a crear un clima de odio, y ya estamos viendo grupos de estilo Ku Klux Klan que están resurgiendo en este ámbito. Vemos que hay una persecución muy calculada por parte de las autoridades”, dijo Benjamín Prado, representante del Comité de Amigos Americanos.
En su opinión estas leyes acentúan la división entre un sector que tiene mucho dinero y que va a lucrarse gracias a estas leyes y otro sector económicamente vulnerable que va a sentir un impacto económico mucho más profundo.
Tras la aprobación de la ley HB56 a finales de septiembre, los activistas de derechos humanos adviertieron de la posible crisis humanitaria que podría acarrear en el estado.
De acuerdo con el Instituto Hispano Pew, Alabama cuenta actualmente con cerca de 120.000 inmigrantes en situación ilegal.
Con la nueva ley en la mano, no sólo se ven afectadas las personas indocumentadas, sino también las familias que tienen estatus mixto, es decir, aquella en las que alguno de sus miembros no tiene los documentos en regla.