Tras dejar tocada a Florida, la crisis financiera sacude con fuerza a la capital del estado de Pensilvania, Harrisburg, que se ha declarado en bancarrota al no poder pagar 400 millones de dólares de la deuda presupuestaria. Los expertos creen que los acreedores no echarán una mano financiera a la ciudad.
Aunque en Estados Unidos la suspensión de pagos de las ciudades está contemplada por ley desde hace años, el caso de Harrisburg se perfila como el más severo desde el inicio de la actual crisis económica. De hecho, sobre la ciudad se ciernen 6 demandas judiciales de los acreedores, que exigen en total cerca de 300 millones de dólares.
José Gabilondo, profesor de derecho económico, opina que, tras declararse en bancarrota, la ciudad afrontará serias dificultades crediticias en el futuro, porque -asegura- "los acreedores la van a castigar" no concediéndole más préstamos o exigiendo una tasa de crédito más alta.
Florida endeudada
Un día antes fue Florida la que se situó en el ojo del huracán informativo debido al déficit presupuestario de 1.500 millones de dólares que arrastra, revelándose ineficaces las medidas de austeridad severas tomadas por los legisladores del estado.
¿Qué estado será siguiente?
La alarma por la crisis de la deuda presupuestaria se contagia a otros estados norteamericanos. Según los expertos, el panorama menos halagüeño lo tiene California, cuya deuda aumentó drásticamente el pasado mes de julio tras obtener créditos por valor de 5 billones de dólares para evitar un posible impago.
En la lista de peores deudores también aparecen Illinois, Connecticut, Nueva Jersey y Hawái. Todavía no está claro si las medidas de austeridad adoptadas por las autoridades locales, tendrán efecto, teniendo en cuenta la gran carga de deuda que soportan (más de 23.000 de dólares por contribuyente).
Los estadounidenses se indignan por la situación económica
Las consecuencias más visibles de la crisis económica, tales como el creciente desempleo, o el recorte de las pensiones y de los programas sociales, propagan el descontento entre los estadounidenses.
Las protestas masivas contra los 'cabecillas financieros' de Wall Street no cesan. Miles de 'indignados' han vuelto a salir a las calles en Nueva York, Los Ángeles, Chicago y Boston para mostrar su repulsa contra las prácticas abusivas de las instituciones financieras de EE. UU. y las corporaciones transnacionales.
Además, según los recientes sondeos más del 60% de estadounidenses ve de forma negativa la política económica del presidente Barack Obama. El 73% de los ciudadanos de EE. UU. cree que su país eligió un camino equivocado, mientras que casi la mitad opina que lo peor aún está por llegar.