La sanciones económicas, ¿un 'caballo de Troya' para derrocar al gobierno sirio?
El gran poder económico de Washington y de sus aliados está siendo utilizado para imponer los intereses políticos de Estados Unidos en Siria, cuyo gobierno afronta un nuevo endurecimiento de las sanciones impuestas por la UE. Así lo cree el analista político internacional Luis Bilbao en declaraciones a RT.
"En el caso de las sanciones contra Siria, se trata de un claro y explícito deseo de derrocar al gobierno de Bashar Al-Assad. Se trata de la utilización del poder económico para imponerse políticamente. Ya no le basta [a Estados Unidos] con tener un predominio en términos económicos, que ciertamente cada día que pasa es menor, en relación al mundo, sino que quiere imponer decisiones políticas y gobiernos que apliquen esas decisones".
Como herramienta para llevar a cabo estas decisiones el analista destaca la política de doble rasero, cuyos ejemplos más evidentes lo representan los casos de Bahréin y Siria. Según Bilbao, en el caso sirio "no hay represión del Gobierno frente a un sector de la sociedad, sino una lucha promovida desde el exterior para sublevar a un sector de la población y, por lo tanto, hay una confrontación interna en el país". Sin embargo, respecto a Bahréin, donde -asegura Bilbao- "sí que hay represión grave de la población que protesta por razones económicas", EE. UU. no adopta la más mínima sanción, "ni tiene intención alguna de sancionar".
Según el analista, esta política es "algo sistemático que se extiende a todo el mundo" y que "día tras día avanza sobre el propio continente latinoamericano".
Entretanto, la Unión Europea endureció esta semana las sanciones contra el régimen sirio, según un informe oficial de Bruselas. El portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, Alexánder Lukashévich, declaró que estas medidas unilaterales de castigo no resuelven el problema, sino que, antes al contrario, son contraproducentes.
"Rusia no puede no preocuparse por la tendencia hacia una introducción unilateral de medidas de castigo por parte del aparato diplomático de la Unión Europea. La práctica demuestra que el uso de sanciones que dejan al margen al Consejo de Seguridad de la Naciones Unidas, muy raramente conlleva el resultado deseado, sino que, al contrario, dificulta al arreglo de las situaciones conflictivas", asegura Bilbao.