El despertar de la democracia en Siria tras la presión internacional
Lejos de los enfrentamientos que costaron miles de vidas, en Siria se libra también una batalla en el terreno político, que viene siendo casi estéril en los últimos 42 años.
En los próximos 15 días puede iniciarse un diálogo nacional entre el régimen del presidente Bashar Al-Asad y la oposición, convocado por la Liga Árabe.
Bajo las presiones desde el exterior, como esta, y las protestas del pueblo, el mandatario sirio ha anunciado reformas políticas que empiezan a dar sus primeros resultados. Paradójicamente, en este momento crítico para Siria, la formación de algunos partidos alternativos será legal en los próximos días.
“Queremos formar un partido político porque podemos formar parte del Parlamento, crear nuevas leyes, defender nuestras creencias e influenciar a nuestra sociedad”, dice Zaher Saad Al Deen, fundador del Partido Nacional de Desarrollo.
Durante varios lustros en Siria no ha habido rastro de agrupaciones políticas que no fueran el partido oficialista Baaz, que según la Constitución es el único líder del Estado y de la sociedad.
Desde principios de agosto y por decreto presidencial, la nueva ley de partidos ha abierto la puerta a otras agrupaciones de distintas ideologías, aunque con ciertas restricciones: no debe haber afiliación a ningún partido extranjero y se necesita el apoyo de al menos mil ciudadanos y representación en 7 de las 14 regiones.
Sin embargo, hay quienes consideran que los cambios legislativos todavía son superficiales. “Han creado una ley de partidos y están pensando hacer una Constitución pero lo han hecho todo bajo sus condiciones. Primero, debe parar la violencia. Todos los prisioneros políticos deben ser liberados”, insiste Hassan Abd Al Azeem, del Consejo de Coordinación Local.
Las manifestaciones masivas en Siria empezaron a mediados de marzo de 2011. Una gran parte de la oposición exige la dimisión del presidente, Al-Assad, cuyo régimen intenta sofocar las protestas.
EE. UU. y la Unión Europea ya han aplicado sanciones económicas contra el mandatario sirio. El pasado 5 de octubre Rusia y China vetaron una resolución de la ONU sobre Siria que también preveía sanciones internacionales ya que, según su criterio, estas medidas de castigo son contraproducentes y no resolverían el problema.