El primer ministro de Rusia, Vladímir Putin, ha concedido una entrevista a tres canales rusos en la que respondió a una serie de preguntas, entre ellas a cuestiones sobre la economía global y nacional y la campaña de las elecciones parlamentarias y presidenciales.
El presidente del Gobierno se reunió con representantes del canal de televisión 'Perviy Kanal', de la cadena pública estatal 'Rossiya' y de la televisión NTV. A continuación, le presentamos la transcripción completa de la entrevista:
Pregunta: Señor Primer Ministro, a raíz del último Congreso del partido ‘Rusia Unida’ se ha despejado mucho el panorama político ruso. Hace unas dos semanas tuvimos la posibilidad de hablar de esto con el presidente Medvédev. Quisiéramos plantearle hoy algunas preguntas que seguro interesarán a nuestros compatriotas. La primera de estas es la que se hacen tanto sus partidarios como los escépticos: ¿Para qué vuelve usted al Kremlin?
Putin: Sé que esto suscita muchas preguntas y comentarios, tanto en internet, en medios digitales de difusión masiva, en la prensa. Sobre este particular quiero comentar lo siguiente. En primer lugar, y esto es algo que todos saben bien, algo de lo que ya he hablado y que en su día mencionó, también en una ocasión, el ex presidente de Rusia, Boris Yeltsin, yo nunca he aspirado a este puesto. Es más, cuando entonces se me ofreció ese cargo expresé mis dudas sobre si merecía la pena dedicarme a ello, tomando en consideración el enorme volumen de trabajo que conlleva y la colosal responsabilidad por el destino del país. Pero si me hago cargo de algo, trato de llevarlo hasta su término lógico o, al menos, trato de lograr su máximo efecto.
En lo que se refiere a las diferentes críticas de nuestros opositores, y creo que a ello se refiere su pregunta, le diría que entre mis partidarios, espero que sean la mayoría, muy a menudo oigo decir a la gente – a la gente común y corriente con la que me encuentro en distintas regiones del país-, que de verdad muchos quisieran que los acontecimientos se desarrollen justo de esta manera.
Pero, como usted ha dicho, la gente que nos critica, a mí y a Dmitri Medvédev, dice que si un servidor promueve su candidatura a las elecciones presidenciales, los comicios no tendrán lugar. Bueno, puede que para ellos no las haya, pero la gente común siempre tiene alternativa. Puede que no exista alternativa para quienes dicen esto, pero debemos ofrecer a nuestros opositores nuestro programa y, lo que es más importante, no sólo ofrecerles un programa sino demostrarles con trabajo que se pueden mejorar las cosas. En relación a esto, oigo con frecuencia la tesis de que “todo está tan mal, que peor es imposible”. Efectivamente, tenemos muchos problemas en el país, muchos asuntos pendientes por solucionar, y quizá se podrían haber hecho algunas cosas mejor de lo que se han hecho, pero decir que “peor es imposible”, eso ya es demasiado.
A nuestros oponentes del espectro político de la izquierda: el Partido Comunista o ciudadanos radicales izquierdistas, les puedo recordar el final de la década de los 80. ¿Se acuerdan cuántos chistes circulaban por aquel entonces sobre esto? Por ejemplo, ese de unos amigos que visitan a sus amigos y éstos les preguntan: “¿Se van a lavar las manos con jabón? ¿Sí? Entonces tomarán el té sin azúcar”. Porque las dos cosas a la vez parecía un lujo excesivo. ¿Y por qué? Por la sencilla razón de que los alimentos básicos y todo lo imprescindible para la vida estaba racionado y distribuido por tarjetas de racionamiento. Y ni menciono el monopolio tanto ideológico como político. En un sentido estricto, fue esta fuerza política la que causó la bancarrota y el derrumbe del país, y sentó las bases para su posterior desintegración.
Entonces la gente perdió el instinto de autoconservación y no se daba cuenta de las posibles consecuencias de lo que estaba ocurriendo, de tal forma que junto con cosas secundarias sin importancia de la ineficiente política y economía, perdimos lo principal. Permitimos que se desintegrara el Estado. Y entonces también decían: “peor, es imposible” y de repente llegaron los 90: la desintegración total del sistema de seguridad social, la parálisis no sólo de fábricas, sino de ramas enteras de la industria, el impago de pensiones, bonos y salarios. Los pagos de los salarios y remuneraciones a los militares llegaban a demorar meses, hasta medio año. El descontrol del crimen. Hay que reconocer que se llegó incluso a una guerra civil. Todo el Cáucaso quedó bañado en sangre, se empleó la aviación, tanques, armas pesadas… Hasta hoy persisten problemas allí, tanto de carácter general, como relacionados con el crimen y el terrorismo, pero gracias a Dios aquello otro ya no. Así que yo no me atrevería a afirmar que “peor, es imposible”. Bastaría con dar dos o tres pasos incorrectos y todo lo malo que teníamos antes puede volver con sorprendente rapidez, en un abrir y cerrar de ojos. Todo lo que tenemos todavía está cosido con hilo muy fino, tanto en la política como en la economía.
Circula también otra suposición: dicen que nos dirigimos a la época de Brézhnev, la época de estancamiento. Primero quiero responder, para que no sea una crítica indiscriminada – que tanto durante la época soviética, como a inicios de los 90 hubo muchas cosas positivas, pero no recuerdo que los líderes soviéticos de la época de la posguerra trabajaran tanto como lo hacemos nosotros, como lo hago yo o el presidente actual Dmitri Medvédev. No soy capaz de recordarlo.
- No fueron capaces.
- No fueron capaces tanto por su estado físico, y porque no sabían lo que había que hacer... Y tampoco tenían voluntad para hacerlo. Y por último hay que fijarse en la experiencia de otros países. Siendo presidente, yo no me aferraba a este cargo, bien lo saben, aunque habría sido sencillo –me refiero a que la mayoría de legisladores pertenecía al partido Rusia Unida- enmendar la Carta Magna. Pero no lo hice. No lo hice pensando en una persona concreta, es decir, no lo hice pensando en mí mismo, para que la gente se diera cuenta de que el traspaso natural del poder no es ninguna tragedia. Recuerden lo que ha pasado en otros países. En Estados Unidos hasta el final de la Segunda Guerra Mundial no hubo restricciones en cuanto al número de mandatos presidenciales de una persona.
- Si, Roosevelt fue elegido cuatro veces…
- Antes, incluso, algunos presidentes de EE. UU. intentaron aspirar a la presidencia por tercera vez. Ninguno de ellos lo logró, si no me equivoco, mientras que Roosevelt fue elegido cuatro veces. Dirigió el país tanto durante la Gran Depresión como durante la Segunda Guerra Mundial porque era eficiente. El problema no reside en la cantidad de mandatos o de años en el poder. Kohl también gobernó Alemania durante 16 años. De acuerdo que no fue presidente, pero de hecho fue la primera figura de Estado a cargo del poder ejecutivo. Lo mismo pasó en el caso de uno de los ex primer-ministros de Canadá. ¿Cuál fue la legislación de Francia al término de la Segunda Guerra Mundial? El mandato presidencial en Francia era de 7 años, sin limitaciones en cuanto al número de mandatos. Y sólo hace poco se enmendó la Constitución reduciendo el mandato presidencial a 5 años y a dos mandatos. En principio, hicieron lo mismo que nosotros. ¿Qué quiere decir esto? Que cuando un país atraviesa un período duro y complicado estos elementos de la estabilidad, incluyendo la estabilidad política, revisten una gran importancia.
Lo mismo pasó en nuestro caso. De hecho vivimos el derrumbe de un Estado, se desmembró la Unión Soviética. ¿Qué fue la Unión Soviética? En realidad fue Rusia pero con otro nombre. Vivimos un periodo muy complicado en los 90 y sólo a partir del 2000 empezamos a ponernos en pie, a implantar una paz interna, estabilizamos la situación. Y claro que necesitamos todo este período de desarrollo estable. Hablando de nuestros planes, en concreto sobre mis planes personales, es lo que acabo de decir, que precisamos fortalecer las bases de nuestro sistema político y de nuestras instituciones democráticas, crear condiciones para un desarrollo progresivo y de diversificación de la economía sobre una base moderna. Debemos crear premisas para elevar el nivel de vida de nuestros ciudadanos. Es a esto a lo que nos dedicaremos.
- Regresemos al tema de la reunión de Rusia Unida que tuvo lugar el 24 de septiembre. Es un asunto que, sin duda alguna, preocupa a muchos como un evento de importancia. A propósito, el lunes, el presidente Medvédev comentó que aquellas decisiones habían sido adoptadas con anticipación antes de que fueran anunciadas en la reunión. ¿Pero cuándo y en qué circunstancias fueron tomadas estas decisiones?
- Hace mucho tiempo, unos cuatro años, hemos acordado que esta variante es posible si conseguimos superar juntos este período de acontecimientos bastante arduos. Por supuesto, no sabíamos que tendríamos que enfrentar la crisis pero nos dábamos cuenta de que en la economía mundial se desarrollaban ciertos procesos que podían conducir a una crisis similar. Aún entonces lo entendíamos y lo sentíamos. Así, partíamos del hecho que superaríamos estos cuatro años. Y si lo hacemos con éxito, tendremos derecho a presentar a la sociedad nuestras propuestas acerca de la configuración del poder, a qué se dedicará cada uno, a qué principios vamos a atenernos y a dónde pensamos guiar a nuestro país y a nuestro estado. Y cuando llegó el tiempo correspondiente, lo presentamos. Y no lo presentamos como un asunto decidido, decidido entre nosotros y no por nuestros ciudadanos. Hemos ofrecido una configuración y los ciudadanos en los colegios electorales dirán si están de acuerdo con esta propuesta o no. Las elecciones lo decidirán todo.
- Señor premier Ministro, y ¿en qué consisten las causas de la decisión que han tomado junto con el presidente Medvédev, de que precisamente él encabece la lista electoral de Rusia Unida?
- Está relacionada con lo siguiente. Es que Dmitri Medvédev ejerciendo como presidente de la Federación de Rusia, una actividad que se desarrolla en gabinetes y está vinculada ante todo con documentos, aportó a la esfera de conciencia pública y a la actividad práctica cosas esenciales que fueron formalizadas en el programa del desarrollo del país hasta 2020, el conocido Programa 2020. Se habla mucho del fomento de instituciones democráticas, de la diversificación y la modernización de la economía. Pero todo eso, en el nivel de papeles y conversaciones. Y el presidente Medvédev lo trasladó de esta esfera de discusiones y gabinetes a la conciencia pública y a la actividad práctica. Y es de suma importancia tener en las manos herramientas para continuar este trabajo. Les recuerdo que conforme a la Constitución de la Federación de Rusia el gobierno es el principal órgano ejecutivo. Y precisamente, este tiene los principales mecanismos y palancas, herramientas de la política real y cotidiana tanto en la esfera de la económica como en la de la política social.
Por eso será natural si Dmitri Medvédev encabeza la lista de Rusia Unida, si los electores votan por esta lista y conseguimos formar un parlamento eficiente donde Rusia Unida conserve su liderazgo. Y entonces apoyándonos en este parlamento y esta victoria Dmitri Medvédev podrá formar un gobierno eficiente para realizar juntos el programa que él incluyó en la agenda práctica del día.
- Regresemos al tema de Rusia Unida. En verano usted hablaba a menudo de la necesidad de que aparezcan nuevos nombres en las listas electorales. Propiamente dicho, entonces fue creado el Frente Popular. En septiembre usted dijo más, que, quizás, ya en la fracción de Rusia Unida en la futura Duma Estatal habrá un 50% de personas totalmente nuevas. Pero ahora vemos que la mayoría de la gente, por lo menos en los altos cargos del partido, son las mismas personas que antes. Ahora con el transcurso de tiempo ¿cómo evalúa usted aquella campaña de verano?
- En primer lugar, todavía no se han celebrado las legislativas. Recordemos que las elecciones a la Duma Estatal tendrán lugar el 4 de diciembre de este año. Teníamos que componer la lista de Rusia Unida y yo decía entonces que mediante el Frente Unido trataremos de atraer a la lista a nuevas personas con nuevas ideas y capaces de materializarlas. Qué tuvimos como resultado: de los 600 apellidos que están en la lista, más de la mitad son personas que nunca han tomado parte en las elecciones generales. Es decir, hemos renovado la lista en más del 50%. Y un tercio, yo me refería a un 20 o un 25% y ahora tenemos a un tercio, son personas que ni siquiera pertenecen a Rusia Unida, no son miembros de ningún partido. Se trata de personas que fueron delegadas por diversas organizaciones públicas, juveniles, femeninas, profesionales o sindicales. Y ya están en la lista. Sé que muchos de ellos están en la primera parte de la lista y tienen grandes posibilidades de entrar en la Duma Estatal.
Creo que esa tarea, que era la principal, se hará realidad. La renovación, la renovación sustancial del parlamento en el marco de la fracción de Rusia Unida. En lo que se refiere a la administración del partido, pienso que aquí también habrá cambios. Pero lo primero es superar las elecciones.
- Señor premier Ministro, usted habló de la estabilidad, que es muy importante. Pero la estabilidad tiene su lado negativo, el estancamiento. ¿Qué opina usted sobre el estancamiento en la plantilla del gobierno? Por ejemplo, hay ministros que durante años no dan resultados o, digamos, han tenido algunos fracasos. ¿No se considera estancamiento si estos ministros no dimiten?
- Sabe, los cambios ministeriales son una manifestación de la debilidad de las autoridades superiores. Eso significa que las personas no son capaces o no quieren asumir una responsabilidad personal y siempre se la relegan a alguien más. Que la culpa es de fulano o zutano, de tal o cual, de no sé quién más. Cualquiera es culpable, menos yo. En cambio, la responsabilidad siempre debe ser solidaria. Y si tenemos culpa de algo, qué se puede hacer, la gente tiene que saber que somos culpables. Y el equipo entero tiene que sacar las conclusiones pertinentes. Pues estos cambios o intento de esconderse detrás de la espalda de los líderes, detrás de la espalda de alguien, como regla, no contribuye a mejorar el funcionamiento de los poderes administrativos. Y antes de expulsar o despedir a alguien hay que hacer todo para obligarle a trabajar. Y por fin, cuando buscamos a personas para un trabajo determinado, partimos de que tienen que superar cierta selección, los comicios. Claro que puede haber fallos. Entonces, hay que librarse de tales personas. Es verdad.
- Pero de todos modos la medida más eficaz contra el estancamiento de la plantilla es la capacidad de despedir a viejos pero ya ineficientes compañeros, Y propiamente dicho, sus predecesores, Mijaíl Gorbachov, Borís Yeltsin siempre con mucha disposición lanzaban el lastre. En general, se considera que precisamente por eso el destino de un político y un gran político, en especial, es la soledad. Lo solían decir tales gigantes como De Gaulle, Churchill. ¿Usted siente por dentro la disposición de despedir a muchos de aquellos que lo han acompañado en su trabajo todo este tiempo? ¿O todo pasará de una forma bastante simple para Rusia? Aquellos que trabajan en el Kremlin se trasladarán a la Casa Blanca y aquellos que trabajan en la Casa Blanca se trasladarán a Kremlin. ¿Y todo quedará en el mismo sitio?
- Pues, en lo que se refiere, digamos, a la soledad de los políticos de primera fila… Sí que existe esta noción y yo parcialmente la comparto. Pero la soledad de los políticos de primera fila no está relacionada con esta circunstancia, con las designaciones o despidos. Está relacionada con otra cosa. Sí que este fenómeno existe pero ¿sabe usted a qué se debe? A que las personas de primera fila no tienen que permitir que nadie se acerque demasiado a ellos, absolutamente nadie.
No debe haber favoritos y las decisiones definitivas no tienen que ser tomadas en base a simpatías o antipatías personales, sino en base a un análisis profesional e imparcial y la disposición de asumir la responsabilidad por estas decisiones. Y además, para qué ocultar, todos somos humanos y todos quieren obtener algo de las primeras personas. Hay que decir directamente que, por desgracia, es así. Claro que no son todos. Hay personas, generalmente entre los conocidos personales, que han elaborado ciertas reglas de conducta y nunca hacen ningunas peticiones, viven su propia vida y solucionan sus problemas por sí mismos. Pero en principio, siempre existe la tentación de solicitar ayuda a un alto jefe y por eso aquí también hay que mantener cierta distancia. Todo eso es lo que lleva a aquella soledad que ha mencionado Usted.
En cuanto a la disposición de deshacernos de los que trabajan ineficazmente, hace falta hablar de eso, la obligación es de cada dirigente, no hace falta ser Presidente o Jefe de gobierno, el ministro debe hacer lo mismo, el jefe de cualquier empresa debe hacerlo. Si queremos que el sistema funcione eficazmente, sí que tendremos que hacerlo, pero se trata de esto que, digamos, el parlamento tiene que ser renovado significativamente, y el gobierno también.
Al mismo tiempo, no se puede llegar a extremos. Debe haber una sucesión, aquí no se puede jugar a juegos infantiles solo porque en sus cadenas o en periódicos alguien dijo que hacía falta despedirles a todos y hacerlo en seguida. ¡No sería serio! Hay que mirar, quien empieza a hacer lo mismo la tercera, la cuarta vez, y ellos mismos ya están cansados, pero si trabajaban bien, hace falta buscar una aplicación digna para su talento, fuerza y experiencia. Para los puestos libres hay que invitar a otras personas, como ya he dicho, con ideas nuevas y disposición de realizar estas ideas. Pensamos seguir este camino.
En lo que se refiere a los notables hombres de estado, que usted ha mencionado, de verdad tienen una experiencia para adquirir, una gran experiencia estatal… Fueron hombres de estado y, digamos, filósofos. De Gaulle, me gusta mucho este político, tiene muchas declaraciones buenas. Usted tiene lazos profesionales con Francia, conocerá ésta: “Elija la vía más complicada y entonces estará seguro por lo menos de una cosa: allí no habrá competidores.”
- Señor Putin, la reacción de Occidente sobre su decisión de participar en las presidenciales fue aparentemente indiferente. Decían que era un asunto interno de Rusia y cooperarían con cualquier presidente legalmente elegido. Pero usted sabe que Occidente le considera un azor. ¿Cuál es su reacción ante esta imagen? ¿Qué opina en cuanto al reinicio, cuyas indicios apenas se notan, si existe o no, y cómo ve su futuro?
- Ante todo, un azor es buen pájaro.
- Pero usted seguramente no es un palomo.
- En general soy un hombre. Pero estoy en contra de todos los clichés. Anteriormente, habíamos ejecutado, al igual que lo hacemos ahora y vamos a hacerlo en futuro, una política bien equilibrada, predestinada para crear condiciones favorables de la vida en el país. Esto significa que queremos mantener relaciones amistosas y de buena vecindad con todos nuestros aliados. Claro que hemos protegido nuestros intereses nacionales activamente y seguiremos haciéndolo. Pero siempre lo hemos hecho de una manera correcta, y así lo haremos en futuro.
- Una pregunta personal, señor Primer Ministro. Muchos percibían el reciente período como él de determinada incertidumbre política. No es ningún secreto. Y los períodos de incertidumbre política en Rusia siempre son acompañados por la intranquilidad de la élite. Había rumores sobre el desacuerdo en el tándem. La gente, o al menos, funcionarios estatales se pusieron a adivinar. Diga por favor, si tenía usted algunas graves decepciones de la gente en este período. Es la primera pregunta.
Y la segunda. ¿No tiene usted la sensación de que durante este período alguno de sus allegados, de los que posiblemente llegaron al poder gracias a usted, durante los últimos años dejaron de hacerle caso, o quizá dejaron de respetarle?
- Creo, aún más, estoy seguro, que lo más importante para el mundo contemporáneo y personas que se encargan de la política al igual que yo – no es su despacho, ni su puesto – lo esencial es la confianza de la gente. Ésa es la base, el fundamento que me permitió trabajar de una manera eficaz, y yo creo que estos años pese a la crisis el gobierno ha trabajado bastante eficientemente. Todo esto me ha permitido trabajar y sentirme seguro. Pero también lo han sentido otros. Y estoy muy agradecido a nuestros ciudadanos, nuestro pueblo por este apoyo, que a lo mejor no fue siempre muy expresivo, puede que fuera silencioso, pero bien formado. Este apoyo lo he sentido. Y por ello estoy muy agradecido.
- ¿Y la élite?
- La élite también es de mucha importancia, pero repito otra vez: la élite ha entendido claramente y ha sentido esta base de apoyo decisoria.
- Señor Putin, usted acaba de hablar sobre economía, ha mencionado la crisis. La economía global vuelve a tambalearse, en las bolsas cae todo lo que puede caer, incluso dicen que la potencia de los mismos bolsistas podría terminar pronto, el capital abandona mercados en desarrollo, incluido él de Rusia. He leído en algún sitio, que para resistir a los desafíos de una nueva ola de crisis, el gobierno necesita un programa especial. Tiene que ser corto, como la falda de una señora, y abrir perspectivas atractivas, entonces los empresarios confiarían en él y la crisis acabaría. Dígame si su gobierno posee un programa así.
- Si sólo hablamos de lo que siempre cae, nada jamás subirá. Y nosotros tendremos el crecimiento del 4% este año – es satisfactorio, China tendrá el 9% - esto sí que es bueno. Nosotros debemos esforzarnos para que el ritmo de crecimiento de la economía alcance el 6 o 7%, como lo conseguíamos en los años anteriores a la crisis. Y, como ya he dicho, nos esforzaremos para esto.
En lo que se refiere a la apertura de la economía, claro que trataremos de conseguirla. Sin embargo, hay recelos, especialmente tras nuestro posible ingreso a la OMC, de que demasiada apertura podría, incluso, causarnos daño. Así que lo de la falda – para algunas está bien tenerla corta, para otras… mejor usar otras...
- Más largas.
- Si, otra manera de vestir. Durante el proceso de negociaciones sobre la OMC nos hemos asegurado de lo inesperado. De hecho tenemos una etapa de transición bastante larga en algunos sectores enteros de la economía. Pero repito otra vez, tomaremos esta decisión finalmente sólo en caso de que todos los parámetros, vinculados con la necesidad de proteger en algún momento nuestros intereses económicos, serán discutidos y fijados en papel.
Sabemos qué y cuándo hace falta hacer, qué herramientas usar para estabilizar el sistema financiero, distintos sectores de producción material, esfera social, y claro, es una ventaja. En general, teniendo en cuenta la presencia de estos recursos y experiencia de haber sobrevivido a la crisis de 2008 – 2010, estoy seguro de que en general estamos preparados para enfrentar cualquier sorpresa.
- Señor Vladímir Putin, volviendo al tema electoral: ¿Cree usted que su innovación del “Frente Popular Ruso” ayudará a “Rusia Unida” en las elecciones?
- Si, yo tengo ganas de que Rusia Unida venza en las elecciones. Primeramente, la lista de Rusia Unida está encabezada por el actual presidente y si nuestros ciudadanos y electores reaccionan de manera positiva, correspondiente, a nuestra propuesta sobre la configuración del poder, como ya he dicho, obtendremos la oportunidad, basándonos en estas elecciones, de formar un gobierno estable y eficaz encabezado por Dmitri Medvédev. Es lo primero. Y lo segundo es que nuestro objetivo, también el mío, durante la creación del Frente Popular Ruso no era solo el de fortalecer a Rusia Unida, aunque sea de mucha importancia. Es más importante que funcionen elementos de democracia popular directa, que la gente sienta la relación con los órganos de poder y administración.
El frente popular ruso, votación anticipada de personas más dignas – son las herramientas que, según mi opinión, deben funcionar para ampliar la base democrática en nuestro país – una democracia directa, popular y real. En mi opinión, esto fortalecería al sistema político de Rusia.
- ¿Cuál sería un resultado digno para Rusia Unida en las elecciones?
- ¿Usted está tratando de dirigirme al campo de algunas predicciones políticas?
- No, no. Sin cifras. He preguntado sobre un resultado digno.
- Rusia Unida debe seguir siendo la mayor fuerza política en el país y en la Duma Estatal. Éste sería un resultado digno.
- Muchas gracias, Señor Primer Ministro, por esta reunión. Creo que es todo. ¡Suerte!
- Gracias a ustedes.