El depuesto presidente de Honduras denunció el martes que el régimen de facto recurre a una estrategia dilatoria con el fin de impedir la ejecución del acuerdo firmado la semana pasada, documento que daba la esperanza de una reconciliación política en ese país centroamericano.
Según Manuel Zelaya, los golpistas tratan de deformar el espíritu del documento para extender su período en el poder.
Las condiciones del pacto incluyen que el próximo jueves se instaure un gobierno unido y se vote en el Congreso la posible restitución de Zelaya. Sin embargo, Zelaya y el presidente interino, Roberto Micheletti, discrepan en sus interpretaciones del último punto.
El primero ve su regreso al poder como prerrequisito para que se forme un gobierno compartido, mientras que para el segundo el Congreso puede votar en contra y no tiene ningún plazo concreto para efectuar la votación.
La junta directiva del Congreso ha previsto reunirse el martes para analizar el contenido del pacto y elaborar mecanismos para su implementación.
Zelaya fue derrocado el 28 de junio en un golpe militar. Unos 200 militares entraron en su casa y lo expulsaron a Costa Rica. Luego, la Corte Suprema de Justicia dijo que la destitución de Zelaya fue en cumplimiento de una orden judicial. El mismo día El Congreso Nacional designó a su nuevo presidente, Roberto Micheletti, como nuevo gobernante de Honduras. La comunidad internacional inmediatamente condenó el golpe de Estado.
El 5 de julio Zelaya intentó regresar a Honduras en un avión militar venezolano, pero el Ejército bloqueó la pista del aeropuerto de Tegucigalpa para impedir el aterrizaje del aparato. Posteriormente, Manuel Zelaya regresó en secreto a su país y se refugió en la Embajada de Brasil en Honduras.