Manifestantes indígenas bolivianos llegaron a La Paz tras 66 días de marcha para exigir al presidente Evo Morales que paralice las obras de una carretera económicamente lucrativa para el país.
Esta vía atravesará una reserva natural en la Amazonia de Bolivia que según los activistas causará daños ecológicos al deforestar considerablemente una de las reservas más importantes del país y perjudicará la economía local.
Entrevistado por RT, el periodista Boris Miranda Espinoza sostiene que la construcción de la vía es importante para Bolivia, ya que facilitaría en un 50% el comercio interno de esa nación andina.
“La carretera es estratégica incluso a nivel geopolítico para el país, porque va a permitir la articulación de dos departamentos, que si bien son vecinos y tienen economías complementarias, nunca han podido trabajar de forma directa por la falta de una autopista”, argumenta el comunicador.
Sin embargo, los paceños portaron pancartas con consignas como “Tipnis, sí; coca, no” o “Tipnis somos todos” y dieron la bienvenida a los indígenas, que caminaron más de 500 kilómetros para forzar a Morales a bloquear la construcción.
Los nativos insisten en que los trabajos para la nueva infraestructura afectarán al entorno ambiental de la reserva natural, que se extiende por 1,2 millones de hectáreas y tiene la segunda cuenca de agua dulce de Latinoamérica.
Además, consideran que la carretera, que es financiada por Brasil, permitirá que sus tierras sean invadidas por madereros y productores de hoja coca. Se prevé que este jueves se concrete el diálogo entre el movimiento indígena y Morales para llegar a un consenso.