Experto: "no se puede matar a un líder de un país sin juicio"
Wilfredo Amr Ruiz, analista, experto en el mundo islámico, comentó el posible futuro del pueblo libio. En opinión del especialista, "la muerte de Muammar Gaddafi y la posible caída de otros líderes militares simplemente afianza aún más el establecimiento del nuevo Gobierno". Este proceso tomará un tiempo dado que Libia no tenía ninguna institución política que fuera de oposición al Gobierno anterior y "ahora debe construirse desde blanco", explica Amr Ruiz.
Esto no pasa, por ejemplo, en Egipto, donde había una oposición política organizada, muy marginada por el presidente Hosni Mubarak, y donde existen varias fracciones políticas, algo que puede contribuir muy positivamente a la reconstrucción de un nuevo sistema político del país. El experto opina que en Libia la situación es diferente, por lo que "se espera un cambio más gradual".
Aunque Libia es una nación con una población aproximada de seis millones de habitantes y con buenos recursos financieros, estos factores pueden ayudar a una reconstrucción a un paso un poco más acelerado. "Pero la falta de instituciones y la falta de experiencia (que se ha visto en el aparato de seguridad y el aparato militar del nuevo Consejo de Transición de Libia), pueden dilatar el proceso de establecimiento de una nueva constitución", explica el experto.
La OTAN ha afirmado en varias ocasiones que la muerte de Gaddafi no era el objetivo de la operación. Sin embargo, el coronel derrocado ha fallecido por un ataque aéreo organizado por la alianza. El experto explica que "bajo el derecho internacional no se debe ejercer este tipo de enjuiciamiento sin dar oportunidad a un líder de un país". "Ni la misma Corte Internacional de Justicia tiene la capacidad de imponer la pena de muerte", indica Ruiz.
El especialista no cree que en Libia se repita el mismo escenario que en Irak. El Occidente va a ser mucho más cuidadoso en su intervención, supone Ruiz. La ocupación militar no sería necesaria ya que en Libia no hay una oposición organizada al nuevo Gobierno que impida el afianzamiento de este.
Además, Occidente tiene como meta establecer unas relaciones diplomáticas estrechas que permitan a su vez poder encaminar nuevos contratos para recursos minerales, como ya lo está haciendo Gran Bretaña y EE. UU. Todos tienen interés no solo en estrechar lazos políticos sino también lazos comerciales. El interés especial de Occidente es aunar fuerzas para explotar los recursos minerales libios, recuerda el experto.