Las fuerzas de la OTAN en Kosovo (KFOR) han desmontado las barricadas alrededor de las poblaciones serbias en el norte de esta región autoproclamada independiente. La operación se realizó en medio de las protestas de la minoría étnica serbia en la zona y dejó una treintena de heridos.
Según precisan los medios de información en Pristina, capital de la región, ocho soldados de la KFOR resultaron afectados por los gases lacrimógenos que ellos mismos dispararon contra los manifestantes serbios y también por incendios que abarcaban la zona del conflicto. El número de civiles heridos asciende a 25.
Las tensiones en la región limítrofe se acrecentaron en julio pasado, por la decisión unilateral de la administración regional de bloquear el comercio a través de los pasos fronterizos y tomar el control de los puntos limítrofes administrativos.
Mediante barricadas la población local durante tres meses obstaculizó la penetración de las fuerzas policiales kosovares, formadas completamente por albaneses. Para derribarlas los militares de la Alianza Atlántica han empleado vehículos acorazados.
El portavoz de la KFOR, Frank Martins, informó que su mando instó al vecindario “a permanecer en calma y a respetar la ley”. A su vez, los serbios que históricamente habitan el territorio se han comprometido a continuar su protesta de manera pacífica.