Libia: todavía es temprano para decir adiós a las armas
Un grupo de inspectores internacionales planea recorrer los arsenales de Libia, entre crecientes temores de que las armas caigan en manos de extremistas. Durante la campaña militar se informó que gran cantidad de armamento fue robado.
Rusia, a su vez, expresó su preocupación y propuso al Consejo de Seguridad de la ONU que emita una resolución que impida la distribución por el mundo de armas procedentes de Libia.
El eco de la guerra
La gran cantidad de armas no vigiladas, incluidos misiles tierra-aire, representa un peligro real con el que se tiene que enfrentar el país, según advierte la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch.
“Estas armas fueron distribuidas en la región a través de la OTAN y sus aliados. Además, Libia es un país bien armado, la población posee muchas armas ligeras”, asegura el politólogo y periodista independiente Sukant Chandan.
Y estas armas ligeras se tornan pesadas para los miembros del Consejo Nacional de Transición (CNT).
“Tratamos de controlar las armas. Si detectamos que alguien porta una, le preguntamos si tiene el permiso para ello. Ahora pueden notar que aquí todo es seguro y controlado y la única cosa que queda por hacer es crear algún mecanismo para devolver las armas”, confirma Abdulba, comandante del CNT.
Los libios siguen armados
Sin embargo, por lo visto, los libios no se apresuran a decir adiós a sus armas, que para muchos aún siguen siendo garantes de su propia seguridad. Como consecuencia, la cosecha de los recolectores de armamento es muy escasa.
Así, el presidente del CNT en Trípoli, Abdullah Nakir al-Zintani, declaró que los rebeldes libios "mantendrán las armas hasta el final del periodo de transición, hasta que sea aprobada la nueva constitución". Según él, "los que controlan realmente la situación en el país tienen el derecho de tomar las decisiones".
Según algunos expertos, la gran cantidad de armas no registradas más las discrepancias entre distintas agrupaciones dentro de la sociedad libia son el combustible que mantendrá el fuego de la inestabilidad en el país.
“Lo que pasa ahora en Libia es que hay un gran número de agrupaciones que no se respetan unas a otras, ni tampoco a la OTAN. Usaron a ese organismo para sus fines y resultó lo bastante estúpido como para permitírselo. Pues lo que ahora veremos será un recrudecimiento de la guerra civil entre las agrupaciones que acabaron con el régimen de Gaddafi”, advierte Chandan.
Probablemente esta sea una de las razones por las que el CNT le pidió a la OTAN que prolongue su misión en el país. Mientras tanto, la mayoría de los libios sigue desconfiada y con el dedo en el gatillo.