La OTAN sale de Libia tras bautizar su operación como "una de las más exitosas"

El mando de la OTAN declaró formalmente que el 31 de octubre pondrá fin a la operación militar en Libia que duró siete meses, siguiendo la reciente resolución de la ONU.

El mando de la OTAN declaró formalmente que el 31 de octubre pondrá fin a la operación militar en Libia que duró siete meses, siguiendo la reciente resolución de la ONU.

Coincidiendo con el final inminente de la operación, el secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen se refirió a ella como “una de las más exitosas en la historia de la Alianza", ya que -según él- el mandato del Consejo de Seguridad de la ONU "para la defensa de la población civil en Libia" se ha cumplido "completamente". Sin embargo, el Secretario de la Alianza Atlámtica no se refirió a las numerosas bajas civiles durante la operación.

Rasmussen también dijo que la OTAN está dispuesta a ayudar a los libios “si así lo requieren y si lo solicitan” a “reformar las estructuras de seguridad y Defensa que necesita cualquier democracia”. Algunos expertos consideran que, de esta forma, la Alianza Atlántica deja la puerta entreabierta para un eventual regreso al país norteafricano.

La operación durante la cual fue destituido el entonces líder libio Muammar Gaddafi terminará de conformidad con la decisión unánime de la ONU, adoptada este jueves en el Consejo de Seguridad.

Anteriormente el Consejo de Transición de Libia (CNT) había pedido a la Alianza que prolongara su misión en el país, al menos durante un mes.

El régimen especial de protección del espacio aéreo libio fue establecido por una resolución del Consejo el 17 de marzo pasado, después que el entonces coronel Muammar Gaddafi lanzara ataques contra los que se oponían a su régimen. La medida fue prácticamente empleada como una autorización para la intervención militar en Libia de las fuerzas aéreas de la OTAN, es decir Estados Unidos, Francia y sus aliados.

Las potencias europeas de la OTAN no saben guerrear sin EE.UU

Según el jefe de la OTAN, parece que los objetivos de la guerra fueron logrados y que para los aliados occidentales ya no hay de lo que preocuparse: el ex líder libio Muammar Gaddafi está muerto, su ejército está derrotado y el poder ha caído en manos del Consejo Nacional de Transición.

Pero resulta extraño que la alianza militar, que goza de los recursos de los países más poderosos y mejor equipados técnicamente para la guerra, haya tardado más de medio año para vencer al ejército libio, un país cuyo ejército no se encuentra en absoluto entre los fuertes de la región del Oriente Medio.

Según varios expertos, esta campaña ha puesto al descubierto fallos sistemáticos en la gestión de la Alianza occidental. También surgen dudas sobre si la eficacia militar de los aliados de la OTAN más desarrollados, tales como Gran Bretaña y Francia, sin el apoyo de EE. UU., muy por encima de los europeos en cuanto a su poderío militar.

“[EE. UU. ] se dio cuenta de que incluso los poderes europeos más desarrollados de la OTAN, como Francia y Gran Bretaña, no son capaces de hacer la guerra sin la ayuda estadounidense”, declaró el embajador ruso ante la Alianza Atlántica, Dmitri Rogózin al periódico ruso Izvestia. “El golpe principal”, que desarmó a los gaddafistas, “lo dieron los misiles de crucero estadounidenses en las primeras horas de la guerra”, agrega Rogózin.
 
Según el diplomático, aunque la doctrina de la OTAN presupone que el organismo es capaz de mantener 2 guerras y 4 conflictos locales simultáneamente, la campaña en libia comprometió casi todos los recursos de los aliados europeos.Tanto es así, que en caso de que hubiera surgido al mismo tiempo un punto del conflicto cerca de las fronteras de Europa, la OTAN no habría tenido con qué responder.

Tampoco parece cierto que vaya a reinar la paz en Libia con la muerte del coronel Gaddafi. “Las nuevas autoridades no han tomado bajo su control los arsenales del régimen caído, y se desconoce el destino de los restos de las armas de destrucción masiva, acumulado por el régimen de Gaddafi”, asegura al diario ruso Shashank Joshi, experto de un Instituto británico que analiza los asuntos de defensa y seguridad.

En las postrimerías de su régimen, Muammar Gaddafi ordenó aniquilar armas químicas y biológicas para reconciliarse con los estados occidentales. Sin embargo, la insurgencia armada y los aviones de la OTAN le impidieron concluir esta tarea.

El arsenal de Gaddafi disponía de miles de armas convencionales, como misiles tierra-aire, bombas de racimo y sustancias explosivas. Gran parte de estas armas fueron vendidas a Gaddafi por los mismos países que, como Francia, Gran Bretaña o Italia, participaron en la derrota del régimen del coronel.
Hasta ahora muchas de estas armas permanecen fuera de control, lo que representa un gran peligro y un gran reto que las nuevas autoridades libias tendrán que afrontar, según declara la organización defensora de derechos humanos Human Rights Watch.