El autor principal del atentado del Café Argana de Marrakech fue condenado a pena de muerte el viernes, dando fin a un proceso que ha durado más de tres meses.
El atentado se produjo el día 28 de abril en el corazón turístico de Marruecos, y acabó con la vida de 17 personas.
Adel Othmani, de 26 años, dijo en su último turno de palabra en el Tribunal de Primera Instancia de Salé, que se ha tratado de un proceso "político" y negó toda relación con el atentado que mató a 11 franceses, 3 suizos y 3 marroquíes, y dejó una veintena de heridos.
El acusado, con antecedentes por emigración clandestina, pasa a engrosar así la lista de los 103 condenados a muerte que quedan en las cárceles marroquíes, aunque es improbable que sea ejecutado pues la última ejecución en el país data de 1993.
La implicación de Othmani ha quedado probada con la ayuda de pruebas como el chip de su teléfono móvil, que usó para detonar la bomba en el café, o su confesión al ser capturado, aunque él ha asegurado que esta confesión le fue 'arrancada' bajo tortura. Hasan Mohib, abogado de Othmani, calificó la sentencia de "dura" y afirmó que "ejercerá su derecho a apelarla".
Hakim Dah, el segundo acusado para quien el fiscal pedía pena de muerte, fue condenado a reclusión perpetua. Otras cuatro personas fueron condenadas a cuatro años de cárcel y las tres restantes a dos años de prisión.
Al comunicar la sentencia, los familiares de los acusados se subieron sobre los bancos y comenzaron a gritar "Alahu Akbar" ("Alá es grande"), mientras que la hermana de Othmani sufría un ataque de nervios.
Los familiares de las víctimas, por su parte, protestaron contra las penas leves que les impusieron a los otros siete acusados.