El descubrimiento de grandes reservas de gas natural en el norte de México, además de ofrecer enormes beneficios al país, amenaza a la nación con una mayor injerencia por parte de Estados Unidos.
El hallazgo en el estado de Tamaulipas, cerca de la frontera con EE. UU., promete el aumento de las reservas existentes hasta 4 o 5 veces, según el Ministerio de Energía. Eso cambiará el rostro energético de México, que tendrá la posibilidad de abandonar por completo sus importaciones de gas.
Pero Víctor Manuel Quintana, profesor de la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, cree que los grandes recursos naturales reforzarían los intentos de Washington por imponer más control sobre la política interior del país vecino y recibir el acceso a los yacimientos descubiertos.
EE. UU. "no van a permitir ninguna veleidad, ningún distanciamiento de México en el sentido de que México pueda ofrecerle gas a países que no son muy amigos de EE. UU. o que van a amenazar a su hegemonía", opina el experto.
Por eso, sostiene Quintana, Washington va a estar ejerciendo cada vez más control y "creo que el narcotráfico ofrece un excelente pretexto para su presencia" allí, igual que la guerra contra el terrorismo era un pretexto para intervenir en los recursos estratégicos de petróleo en el Golfo Pérsico.
Según el experto, EE. UU. está gestando una intervención a través de asesores del Ejército norteamericano ya involucrados en el combate contra el narcotráfico en México. En este combate EE. UU. no busca acabar con el tráfico de drogas, sino matar dos pájaros de un tiro.
Por un lado, desplazar a los cárteles del narcotráfico mexicanos para consolidar el control sobre este negocio criminal. Por otro lado, la inestabilidad y la violencia creada por los cárteles de droga en México abre el camino para la intervención de EE. UU. con el fin de controlar los yacimientos en el norte de México.