El primer ministro ruso Vladímir Putin regaló a una ciudadana de los suburbios de Moscú la canción “Un millón de rosas rojas”. El alto mandatario ha hecho regalos a los rusos en numerosas ocasiones, desde un árbol navideño hasta un reloj de pulsera personal. Éste último, valorado en 6.000 dólares, se lo obsequió a un cerrajero hace 2 meses. Y ahora otra manifestación de cortesía.
Según el periódico ruso “Komsomolskaia Pravda”, la mujer llamó a la emisora “Radio de Camino” y “con toda su alma” pidió que pusieran la canción “Las flores de la ciudad” para Vladímir Putin.
Este mensaje llegó a oídos de uno de los empleados de la Administación de Vladímir Putin y se lo comunicó al primer ministro ruso. Enternecido, el premier ordenó averiguar el nombre de la mujer, pero ella no había dejado ninguna información. Entonces, Putin mandó que pusieran en la radio “Un millón de rosas rojas” (una canción muy popular de la época soviética) y se la dedicaran de su parte a la mujer desconocida que le había regalado la canción.
En la demanda, según los periodistas de “Komsomólskaya Pravda”, se dice que Putin está agradecido por la canción interpretada por su amigo, cantante famoso Mijail Boiarski, y en respuesta regala la canción a la mujer, que podrá escucharse este viernes por la noche.
En la mayoría de los casos el premier Putin hace regalos por su propia voluntad, salvo en el caso del reloj de pulsera, que fue petición del obrero. Durante la visita de Putin a la fábrica de armas uno de los empleados le pidió que le regalara algo para recordale. Putin dijo que desgraciadamente no tenía nada consigo en ese momento. Entonces el obrero, de forma muy aguda, le pidió el reloj de pulsera. Se notaba que a Putin no le gustó nada esta idea, pero acabó regalándole su reloj.
Putin ofreció un reloj igual a un niño de 10 años, hijo de un pastor, durante su visita a la región de Siberia, Tuva.
En la lista de los regalos hay muchos artículos interesantes. En 2002 una chica de 11 años pidió al presidente que se instalara un árbol navideño natural en la plaza de Birobidjan, la capital de la Provincia Autónoma Hebrea en el Este de Rusia. Putin cumplió la petición. El mismo año Vladimir Putin regaló la ciudadanía a la familia del alférez de la República Asiática de Tayikistán. A la hija del héroe ruso, fallecido en la República Chechena, le regaló un ordenador. Cuando Coni, el famoso labrador de Putin, tuvo perritos, el premier se los regaló a una niña y un jubilado. Uno de los veteranos rusos toca el acordeón cromático de Vladimir Putin, y la profesora antigua del premier vive en un piso nuevo. Instalación de los conductos del agua, una máquina de coser, un robot de cocina, muñecas… entre todos los regalos el más original fue el beso en el vientre a un bebé en la plaza Roja.