Los rusos tropiezan con su viejo horario invernal: el hábito es cuestión de tiempo

El 30 de octubre se torció el espacio-tiempo para muchos rusos despistados que no se percataron de que, por primera vez en 20 años, Rusia no retrasó este otoño su reloj como hace el resto de Europa para dar la bienvenida al horario de invierno.

Muchas personas que no usan despertadores mecánicos fueron hoy víctimas de los sistemas operativos de sus ordenadores y de sus móviles, diseñados para retrasar una hora automáticamente en tal día como hoy.

"Mi Apple ha retrasado el reloj, y lo mismo hizo el HTC de mi esposo" escribe una mujer por Skype, que este domingo "tuvo que volar al trabajo" tras darse cuenta de la hora que era.

"Casi dejé escapar mi avión porque mi teléfono asumió el horario de invierno", escribe MaxGrevtsev en Twitter.

"El Android ha sido tan cuidadoso que retrocedió el tiempo una hora. Llegué tarde a un evento muy importante. Un buen comienzo de día", comenta con ironía en Twitter el usuario Sholkyman.

"Yo ahí estaba y ellos… ¡durmiendo! ¡Y teníamos que reunirnos con los clientes!", se lamentaba hoy una jefa de mediana empresa en Skype después de que sus tres trabajadores llegaran una hora y media tarde a la oficina.

En la mayoría de los casos, como se puede comprobar en las redes sociales, la gente se mostró muy sorprendida por la presteza de sus dispositivos. La decisión de no modificar el horario fue introducida en Rusia este verano y, debido a la fuerza del hábito, la gente se acaba creyendo la mentira automática de sus dispositivos. Sin embargo, no a todos ha pillado esta situación con el paso cambiado: también los hubo que, gracias al incidente, lograron cumplir sus planes. 

"Mi Iphone retrasó la hora. Nosotros y DashulyaPavlova nos dormimos, nos retrasamos, pero hemos llegado a tiempo”, comenta en Twitter de Ksusha Berezovskaja.

En general, los retrasos vinculados al cambio de horario suelen suceder casi en todas los países que se atienen a esa medida, que no son pocos. Así ocurre en EE. UU., Europa y en varios países latinoamericanos como México, Argentina o Chile: 110 estados en total. Aunque, según algunos expertos, la medida se traduce en un ahorro de la energía de un 2% al año, otros analistas no están de acuerdo con estos cálculos. Países como Japón, China e India, la han rechazado.