El presidente de Francia, Nicolas Sarkozy, y el de EE.UU., Barack Obama, criticaron duramente la actitud del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, en una conversación privada que fue escuchada por periodistas que cubrían la reciente Cumbre del G-20.
En un encuentro bilateral durante la Cumbre en Cannes, Obama reprochó a Sarkozy que no le advirtiera del voto francés a favor del ingreso de Palestina a la UNESCO el 31 de octubre.
El presidente francés le dijo a Obama que ya no puede ver más al líder israelí pues "es un mentiroso". El mandatario estadounidense se lamento de que él tuviera todavía que tratarlo todos los días: "Tú estás harto. Pero yo tengo que lidiar con él cada día", fueron las palabras de Obama. A continuación, el presidente estadounidense solicitó a Sarkozy que pidiera a los palestinos moderar su posición para poder entrar en la ONU.
Escuchas incómodas
Este incidente trascendió públicamente luego de que periodistas franceses atestiguaron por casualidad esta conversación. La conversación se filtró por error de los organizadores a media docena de periodistas que esperaban la comparecencia pública de los dos mandatarios al término de su entrevista. A los informadores les distribuyeron audífonos para poder escuchar la traducción en la prevista conferencia de prensa, pero cuando se los pusieron escucharon parte de la conversación entre Obama y Sarkozy.
¿Problemas lingüísticos o sinceridad gala?
El presidente galo no es la primera vez que provoca escándalo con sus polémicas declaraciones. Por ejemplo, hace solo tres días Sarkozy incluyó a países como Panamá y Uruguay en la lista de "paraísos fiscales" por falta de transparencia bancaria. La declaración de Sarkozy tuvo como consecuencia que Uruguay llamara a consultas a su embajador en Francia, mientras Panamá tampoco se quedó indiferente ante esas palabras. El presidente panameño, Ricardo Martinelli, asumió que "debe ser un error" y esperaba que Sarkozy "se corrija inmediatamente".
A finales del mes pasado durante la cumbre de la UE en Bruselas, Sarkozy declaró que fue un "error" aceptar a Grecia en la eurozona, porque se presentó con cifras falsas y su economía "no estaba preparada" y que ahora los países europeos pagan las "consecuencias", provocando con estas palabras la indignación de los griegos. En este mismo lugar dos días antes el presidente galo demandó al primer ministro británico, David Cameron, que no se metiera en los asuntos de la zona euro. "Usted ha desperdiciado una buena ocasión de callarse", le dijo. "Estamos cansados de oírle criticarnos y de que nos diga lo que tenemos que hacer", añadió Sarkozy.