El informe de la OIEA sobre Irán socava los esfuerzos internacionales para regular la situación en torno al programa nuclear iraní. El documento no contiene datos nuevos, pero a los hechos ya conocidos se les ha dado con intención un matiz político, según declaró el Ministerio ruso de Exteriores.
"Cuando faltan pruebas, los autores empiezan a usar las suposiciones y sospechas, se hace un 'malabarismo' con la información con el fin de formular la impresión de una supuesta presencia del componente militar en Irán. Es difícil caracterizar este enfoque como profesional y no preconcebido", dice el mensaje de la Cancillería rusa acerca del polémico informe del OIEA sobre Irán.
Previamente el viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Ryabkov afirmó que Rusia está en contra del aumento de la presión a Irán con sanciones y va a insistir en la falta de perspectivas de esta política.
"Todavía nadie propuso ninguna resolución. No vamos a analizar las situaciones hipotéticas, pero es sabido ampliamente que Rusia está en contra del reforzamiento del régimen de sanciones a Irán".
"Estamos en contacto permanente con nuestros aliados del G-6 y con los seguidores de la idea de las sanciones. Les explicamos lo vicioso y dañino de esta política".
La adopción de “sanciones duras” contra Irán es una medida reclamada por Francia tras el nuevo informe del OIEA sobre las actividades nucleares de la república islámica. El país galo ha asegurado que "se impone" elevar el caso al Consejo de Seguridad de la ONU.
El programa nuclear iraní es de nuevo el centro de la atención mundial tras filtrarse en internet extractos de un informe del Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA). El polémico documento contiene ‘indicios claros’ del desarrollo de armamento nuclear en el país, aunque Teherán rechaza estas acusaciones.
Se denuncia que la República Islámica trató de conseguir equipos y materiales del ámbito nuclear y de doble uso, así como obtener información para la construcción de una bomba atómica. Según el informe, tales actividades se efectuaron hasta el año 2003 como parte de un programa especializado, pero podrían continuar hasta ahora.
La reacción de Teherán a las denuncias del OIEA fue impasible: rechazó el reporte por considerarlo desequilibrado.
Teherán: "El documento es políticamente motivado"
El presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, criticó el trabajo de la OIEA y reiteró que su país lleva adelante un programa atómico pacífico. Declaró que el director general de la OIEA, Yukiya Amano, viola las normas del organismo de la ONU al "cumplir lo que le dicta Washington".
Subrayó que el presupuesto anual del país para la investigación nuclear es de 250 millones de dólares, en comparación con EE. UU. que tiene 5.000 bombas nucleares y dedica 81.000 millones de dólares más para aumentar su arsenal nuclear en 2011, que es "más de 300 veces el presupuesto de investigación nuclear iraní".
"Los países que producen y acumulan bombas atómicas son los peligrosos y no la República Islámica de Irán. Por las presiones, [Irán] no abandonará sus objetivos nacionales", concluyó Ahmadineyad.
“No hay ninguna novedad”, dijo Ali-Asghar Soltanieh, el representante permanente de Irán ante el OIEA, comentando el informe del organismo. “El documento no sólo es políticamente motivado, sino también poco profesional. Las actividades nucleares de Irán persiguen objetivos pacíficos. Tras 8 años, 4.000 inspecciones y cientos de visitas inesperadas no consiguieron encontrar ni un gramo de uranio utilizado con propósitos militares”, aseguró.
"La situación política de Irán motiva a Occidente a realizar esta presión"
La analista internacional Nagham Salman considera que la presión internacional a Irán se debe a motivos políticos y está segura de que Irán no va a ceder.
"No creo que Irán dé un paso atrás [ante la presión internacional]. Un representante de Irán ante la OIEA dijo que Irán no abandonará jamás sus derechos legítimos. Durante los últimos meses y años Irán dio una oportunidad para la colaboración, sin embargo todo el mundo cree que sus intenciones son nada más que crear una bomba nuclear, como dice Washington. Si Irán ha abierto todos estos canales para que vengan y vean sus intenciones, ahora ha llegado el momento en el que ya no puede dar ninguna posibilidad más", opina la analista internacional.
"Irán no es como cualquier país. Siempre las presiones a Irán vienen por muchos motivos. Ahora mismo creo que viene después de la situación de Oriente Medio. El éxito que tuvo Irán al apoyar al Gobierno sirio no le gustó a EE. UU. y a Europa. Otra cosa es la situación de Israel y Líbano, y también Palestina. Irán apoya a Hezbolá, a Hamás. Vemos que la situación política de Irán motiva a EE. UU. y Occidente a realizar esta presión. Ahora es el tiempo perfecto para ellos porque ven que Irán se está haciendo más fuerte", agrega Nagham Salman.
Hace unos días el presidente de Israel, Shimon Peres, llegó a decir abiertamente que en esta situación un ataque militar contra Irán es más probable que una solución diplomática.
Por su parte, el presidente ruso Dmitri Medvédev respondió que semejantes afirmaciones podrían tener consecuencias impredecibles. “Las declaraciones agresivas acerca de que Israel o algún otro país está dispuesto a usar la fuerza contra Irán podrían desembocar en una gran guerra, lo que para Medio Oriente sería una catástrofe”, dijo el mandatario ruso; mientras el canciller Serguéi Lavrov advertió: "Un eventual conflicto militar no hará otra cosa que multiplicar el número de víctimas". Tal y como ha ocurrido en otros países de la región, una intervención sólo agravaría la situación que ya de por sí es extremadamente complicada.