El republicano Cain se proclama víctima de “la maquinaria demócrata” de EE. UU.
El precandidato republicano a la Presidencia de Estados Unidos Herman Cain cambió de estrategia para hacer frente a la ‘ola’ de denuncias contra él por acoso sexual. Por el momento le imputan cuatro casos. Este martes el político volvió a asegurar que no tienen fundamento, pero detalló que son parte de una campaña de desprestigio contra su persona.
“Ahora la maquinaria demócrata en EE. UU. ha recurrido a una mujer con problemas para hacer acusaciones falsas", afirmó Cain, refiriéndose a Sharon Bialek, la cuarta mujer quien lo denunció públicamente el pasado lunes. En ese sentido, el precandidato precisó: "Ni siquiera recuerdo quién es. No recuerdo lo que dice y no recuerdo que la conozca. El acoso sexual es una acusación muy grave. En mi carrera he tratado con respeto a todas las mujeres y niego haber actuado inapropiadamente con cualquiera de ellas".
El político insiste que va a defender su reputación y aclara que las denuncias no lo harán retirarse de las primarias: "No dejaré que estas acusaciones sin base, engañosas y falsas me aparten de mi carrera a la Casa Blanca". Unos días antes ya había declarado que está dispuesto a someterse a un detector de mentiras para demostrar que dice la verdad.
Sharon Bialek fue la primera de las cuatro presuntas víctimas del precandidato que apareció en público. Cuenta con dos declaraciones juradas de personas a las que habría confiado el incidente hace 14 años. El entorno de Cain, por su parte, apela a que la mujer tiene problemas económicos y emocionales. Fue declarada insolvente en dos ocasiones y no tuvo una vida sentimental estable, alegan.
La gran incógnita sigue siendo la reacción de los votantes. Los resultados de un sondeo de Ipsos S.A. publicados este fin de semana muestran que las tres denuncias anteriores no afectaron significativamente la posición de Cain. Perdió terreno, pero no drásticamente: su popularidad mermó del 66% al 57% entre los republicanos y del 37% al 32% entre el electorado en general.
Cain se convirtió en la gran sorpresa de la campaña para las primarias republicanas. El único aspirante republicano afrodescendiente, hizo su fortuna como empresario en el mundo de la alimentación, primero como gestor de restaurantes y después como dueño de una marca de pizzas.
Se presentó a las elecciones como una persona completamente ajena al mundo político. Carismático y con unas posiciones políticas que agradan a la derecha republicana representada por el Tea Party, se ganó las simpatías de los militantes de base, lo que lo catapultó a los primeros puestos en las encuestas.