Rusia sí cree en las clases de religión

Con el inicio del siguiente año escolar en Rusia, en septiembre de 2012, puede aparecer en los colegios laicos una nueva asignatura: 'Fundamentos de la cultura religiosa'.

El proyecto fue lanzado a modo experimental en 2009 en 21 de las 83 regiones de Rusia. Estipula que los escolares de 10 y 11 años puedan estudiar una de las cuatro religiones más extendidas en el país: la ortodoxia, el islamismo, el budismo y el judaísmo u optar por el civismo o las religiones comparadas. Por el momento, siendo todavía una versión piloto, la disciplina no es obligatoria y no consta de créditos ni de calificaciones que influyan en el promedio general de la nota del alumno.

Pero a pesar de que el proyecto está a punto de concluir su fase de prueba, es todavía objeto de debate.

Los pro...

Según los promotores del proyecto, la nueva asignatura contribuye a la conservación de las tradiciones en la sociedad rusa. Destacan que en un país multinacional como es Rusia es indispensable que desde una edad temprana los niños aprendan a comportarse con ética con sus coetáneos de otras etnias y culturas.

Subrayan que el plan está destinado a dar la posibilidad a los pequeños a familiarizarse con confesiones religiosas de la gente que vive a su lado. Precisan que conocer las tradiciones culturales y sociales en su diversidad fomentará las bases de tolerancia y respeto entre alumnos de diferentes nacionalidades.   

"La asignatura es totalmente necesaria en el mundo de violencia y las noticias negativas", asegura Yulia Dórojova, madre de un niño de 10 años. "Es la cultura religiosa la que enseña qué es el bien, qué es el mal y cómo el mal es siempre castigado", afirma.

...y los contra

Sin embargo, la nueva asignatura también tiene sus críticos. Los padres se quejan de que la nueva disciplina es universal solo en teoría. Comentan que en la práctica, la falta de maestros con la respectiva formación y el déficit de horas proporcionadas para la nueva materia, muy a menudo termina limitando el programa a una sola confesión, mientras las otras son ignoradas. Con lo cual, los menores acaban estudiando en el único curso que se habilita, coincida o no con las creencias de su familia.

Otro punto de discusión es la falta de bibliografía apropiada. "Los manuales están escritos en una lengua fastidiosa, los ejemplos y las tareas están poco elaborados. Todo está hecho deprisa", se queja la docente Olga Akulínina.

A pesar de que la fecha de la introducción de la nueva asignatura está ya muy próxima, muchas preguntas todavía no tienen respuesta. Antes de que la disciplina sea incluida en el programa de todas las escuelas, los autores del proyecto prometen corregirlo tomando en consideración todos los reparos.