Honduras: la comisión de verificación busca reavivar el acuerdo

El presidente derrocado de Honduras Manuel Zelaya da por fracasado el acuerdo Tegucigalpa-San José firmado el 30 de octubre tras anunciar el gobernante de facto, Roberto Micheletti, que conformaba el Gobierno de Unidad acordado.

El presidente derrocado de Honduras Manuel Zelaya da por fracasado el acuerdo Tegucigalpa-San José firmado el 30 de octubre tras anunciar el gobernante de facto, Roberto Micheletti, que conformaba el Gobierno de Unidad acordado.

La comisión auspiciada por la OEA, que verificaría el cumplimiento de un acuerdo suscrito para poner fin a la crisis política en Honduras, intentaba la dura tarea de resucitar lo pactado tras las desavenencias entre Zelaya y el gobierno de facto para crear el Gobierno de Unidad.

El acuerdo Tegucigalpa-San José, firmado por ambas partes, establecía la creación de un Gobierno de Unidad Nacional y que el Congreso fuera el que decidiera sobre la restitución del mandatario derrocado.

El gobernante de facto hondureño, Roberto Micheletti, constituyó el autodenominado Gobierno de Unidad Nacional para guiar el proceso de normalización institucional, encabezado por él mismo y sin representantes de Zelaya.

Los miembros de la comisión de verificación, incluidos representantes de las partes en conflicto, de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y el embajador de Estados Unidos, hicieron gestiones para reanimar el acuerdo, aunque el asesor y portavoz de Zelaya, Rasel Tomé, aclaró que los contactos eran "informales".

"Hoy nos encontramos ante esta situación en la que el acuerdo está sin valor por la intransigencia del señor Micheletti que no quiere cumplir resoluciones de la OEA y la ONU, las cuales se dieron de buena fe con el objetivo de restaurar la democracia en Honduras", señaló el sábado Tomé a la prensa local.

En Honduras existen dudas sobre los resultados del intento por reanimar el diálogo debido a que Zelaya ha dejado claro que la solución a la crisis está circunscrita a su retorno inmediato al poder. El líder, derrocado por los militares el 28 de junio, no admite que Micheletti arme el gobierno de reconciliación, ni mucho menos que lo dirija.

Estados Unidos lamentó la interrupción del acuerdo y llamó a las partes a alcanzar un consenso para formar el Gobierno de Unidad que debe velar por las elecciones presidenciales del 29 de noviembre y traspasar el poder al ganador el 27 de enero.

A su vez el presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz 1987, Óscar Arias, afirma que el Gobierno de facto de Honduras nunca tuvo la voluntad de solucionar la crisis política derivada del golpe de Estado del pasado 28 de junio.

"Nunca encontramos la voluntad en el Gobierno de facto para cumplir lo que originalmente fue el acuerdo de San José y después el acuerdo Tegucigalpa-San José", declaró a los periodistas costarricenses Arias, que fue mediador en la crisis política hondureña.

Agregó que siente que "a través de prácticas dilatorias sólo están buscando que pase el tiempo y que vengan las elecciones (del próximo 29 de noviembre) arriesgando, eso sí, que el futuro Gobierno no vaya a ser reconocido por algunos países".

La postura de Micheletti es que mientras el congreso no decida si restituye o no a Zelaya en la Presidencia, él seguirá llevando los hilos del país.