Moscú no acepta una solución violenta del problema nuclear iraní, señaló el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, tras su encuentro con la jefe de la Diplomacia y de la Seguridad de la UE. Asimismo el canciller instó a Irán y al OIEA (el regulador nuclear de la ONU) a intensificar la colaboración.
Anteriormente Washington y Londres elevaron el tono de sus amenazas contra Irán, declarando que no descartan ninguna opción en relación a la república islámica, incluida la militar. Así, Barack Obama advirtió que la posibilidad de “la opción militar crece” y que el cambio de régimen es inevitable. Por su parte, el ministro de Exteriores británico, William Hague, señaló que "todas las opciones deben estar sobre la mesa".
Según Lavrov, Teherán tendrá que colaborar con los inspectores del OIEA y darles acceso a las instalaciones que no podían visitar antes. El canciller señaló que el Sexteto (un grupo de negociadores del programa nuclear iraní integrado por Rusia, EE. UU., Reino Unido, Francia, Alemania y China) redactó una resolución sobre la república islámica y este documento representa “un enfoque equilibrado y no contiene hechos no comprobados”. El titular de Exteriores expresó la esperanza de que los dirigentes del OIEA aprueben la resolución del 18 de noviembre.
Recientemente el OIEA publicó un informe sobre el programa nuclear iraní que señala que hasta 2003 Irán realizó investigaciones para crear armas nucleares y que esta actividad podría continuar hasta hoy en día. El informe provocó una gran polémica y fue calificado por Rusia como un acto “orquestado” con el fin de influir en la opinión pública e introducir nuevas sanciones contra Irán, una medida que “ya está agotada”, según Moscú. Rusia opta por el diálogo y la solución pacífica de la situación.
Siria, otro blanco de Occidente
Ahora Occidente es omnipresente en el escenario político internacional, centrando su atención en Oriente Próximo. Siria es otro de sus objetivos en la región. Así, Lavrov sostiene que los actores internacionales intentan agudizar el conflicto para inmiscuirse en los asuntos internos de este país.
Estos intentos se deben al deseo “de dramatizar la situación en los medios y obtener un argumento en pro de la intervención en los asuntos sirios”. Moscú cree que este plan existe y que se está desarrollando rápidamente.
Recientemente la Liga Árabe suspendió la membresía de Damasco en la organización y le impuso un plazo límite de tres días para detener la represión y autorizar la entrada de unos 500 observadores internacionales. A su vez Washington llamó a la oposición a no deponer las armas y no aceptar la amnistía propuesta por el presidente Bashar al Assad.
Según la Liga, la suspensión de Siria se debe a que Damasco no cumplió con el plan de solución del conflicto, redactado por el organismo internacional y aprobado por el Gobierno de Bashar al Assad. No obstante, al aprobar el documento las autoridades sirias liberaron a alrededor de 1.000 activistas antigubernamentales, tal y como estaba previsto en la 'hoja de ruta'.
El ministro ruso subrayó que la Liga Árabe no solo debe exigir el cese de la violencia a las autoridades sirias, sino también a la oposición. Moscú apuesta por el diálogo y señala: ”Si algunos representantes de la oposición apoyados por ciertos países extranjeros declaran que iniciarán el diálogo solo después de que Al Assad abandone el poder, esto desvaloriza y le quita el sentido a la iniciativa de la Liga, ya que la organización insta precisamente al Gobierno sirio a tomar ciertas medidas, incluyendo el inicio del diálogo”.
Al mismo tiempo Lavrov expresó la esperanza de que los políticos responsables hagan todo lo posible para que se cumplan las pautas reflejadas en la ´hoja de ruta´ de la Liga Árabe y sean conscientes de que hay que poner fin a las provocaciones para acabar con la violencia.