España no encontrará la calma con un nuevo Gobierno
Llega el último día de la campaña electoral en España con la crisis de la deuda pública, un 20% de desempleo y masivas protestas sociales, como principales problemas que tendrá que afrontar el ganador de los comicios.
Si todo sigue el rumbo esperado y marcado por las encuestas, el Partido Popular (PP) aplastará a los socialistas (PSOE) en los comicios, aunque el programa electoral del candidato derechista, Mariano Rajoy, prevé numerosas medidas de austeridad que también podrían provocar un malestar social que puede aumentar.
Según los expertos, los españoles no están satisfechos con la política del PSOE, que tuvo grandes problemas a la hora de hacer frente a la crisis económica. Por eso ha aparecido “una sensación entre una parte de la población de que es necesario un cambio a cualquier precio”, opina Manuel Manrique, investigador de la Fundación para las Relaciones Internacionales y el Diálogo Exterior. Por esta razón muchos españoles parecen estar dispuestos incluso a aceptar la “receta de mayor austeridad” propuesta por el PP.
Por otro lado, Manrique advierte en sus declaraciones a RT que al implementarses estas medidas “la gente continuará quejándose” y los movimientos sociales como el del 15-My Democracia Real Ya, ganarán fuerza.
La contestación de una gran parte de la nación a los recortes en la educación, la sanidad y otros servicios sociales se puede manifestar a través de las protestas que ya agitan el país desde mayo de 2011.
La oposición 'de la calle'
Algunos incluso consideran que la oposición real no es ni tan siquiera un partido político, sino los movimientos sociales como el del 15-M y Democracia Real Ya que a menos de dos días de las elecciones pretenden funcionar como catalizadores del descontento mayoritario con el sistema político español del que, al parecer, provienen también los problemas a la hora de hacer frente a la crisis económica.
Desde hace casi 30 años, solo han gobernado los ‘dos grandes’, es decir el PP y el PSOE. Los activistas del 15-M abogan por retirar el voto a todos los partidos mayoritarios (incluidos los nacionalistas periféricos, PNV y CiU, los más votados históricamente en sus circunscripciones) o votar en blanco.
Sin embargo, pese a los esfuerzos de estos movimientos, de momento resulta difícil pensar en ningún vuelco electoral inesperado el próximo 20 de noviembre.