La petrolera Chevron no estaba preparada para hacer frente a la fuga de crudo en uno de sus pozos submarinos, según el departamento ambiental de la Policía Federal de Brasil.
El director de la organización, Fabio Scliar, cuestionó la legalidad y la idoneidad del método usado por Chevron para limpiar el crudo vertido en el litoral atlántico del país. Según él, la empresa estadounidense no está recogiendo el crudo y se limita a empujar el petróleo al fondo del mar con chorros de arena a presión, lo que podría contaminar los corales y constituir un delito ambiental.
La Policía ha pedido informalmente a la empresa que cambie la táctica de limpieza del crudo, que comenzó a brotar hace dos semanas por una fisura en el lecho marino a 120 kilómetros de la costa, en cuya cuenca está la mayoría de los yacimientos petroleros del país.
La Agencia Nacional de Petróleo (ANP) calculó que se vertieron al mar entre 200 y 330 barriles diarios entre el 8 y el 15 de noviembre, aunque en los últimos días se ha frenado el vertido gracias al taponado de la fisura realizado por la empresa.
Algunas autoridades brasileñas han cuestionado estos números y sugerido que las dimensiones del vertido podrían ser mucho mayores.
Chevron es la operadora del proyecto y posee una participación de más de 50%, mientras que la estatal brasileña Petrobras tiene un tercio y el resto pertenece al consorcio nipón Frade Japón Petróleo. Después del incidente, la compañía anunció que pretende abandonar este pozo, donde opera desde el 2009 con una concesión del Gobierno brasileño.