La Asamblea General de la ONU ha condenado este martes la represión del Gobierno de Siria contra la población civil y ha pedido el fin inmediato de la violencia, que se ha cobrado más de 3.500 muertos desde el pasado mes de marzo.
La Asamblea ha sacado adelante su resolución de condena a Siria con el voto favorable de 122 países, 41 abstenciones y 13 votos en contra, entre ellos los de Irán, Ecuador Venezuela, Cuba, Nicaragua, Birmania o Corea del Norte, entre otros.
El embajador sirio ante la ONU, Bashar Jafari, fracasó en su intento de postergar el voto y rechazó las denuncias que contiene ese proyecto de resolución, que calificó de "politizado", al tiempo que acusó a los países que la respaldan de hacer un “uso no ético de los nobles objetivos de los derechos humanos".
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, y la Liga Árabe han pedido reiteradamente al presidente de Siria que ponga fin a la represión contra los civiles y que introduzca las reformas que ha prometido.
En los ocho meses transcurridos desde que comenzó la violencia, el Consejo de Seguridad ha sido incapaz de aprobar una resolución de condena a Damasco por la oposición de Rusia y China, que en octubre pasado ejercieron su derecho a veto en ese órgano para oponerse a un texto presentado por Francia, Reino Unido, Alemania y Portugal.
Al veto ruso y chino se sumaron entonces las abstenciones de Brasil, India, Sudáfrica y Líbano, países que han mostrado repetidamente su reticencia a que el Consejo condene al régimen de Bachar Al Asad mediante un texto con el rango y la vinculación de una resolución.