El asesinato con veneno radiactivo del ex espía Litvinenko ‘chisporrotea' 5 años después

Se cumplen 5 años de la muerte del ex agente ruso Alexánder Litvinenko, que supuestamente fue envenenado con polonio en el Reino Unido. El caso desató un escándalo diplomático, pero sigue sin resolverse enturbiando las relaciones entre Moscú y Londres. Rusia se niega a entregar a Andrei Lug

Se cumplen 5 años de la muerte del ex agente ruso Alexánder Litvinenko, que supuestamente fue envenenado con polonio en el Reino Unido. El caso desató un escándalo diplomático, pero sigue sin resolverse enturbiando las relaciones entre Moscú y Londres.

Rusia se niega a entregar a Andrei Lugovói, a quien Londres señala como principal sospechoso del homicidio de Litvinenko en el 2006. El ex agente de los servicios secretos rusos tenía ciudadanía británica y su país insiste en que la extradición del acusado es el único camino para hacerle justicia, pero Moscú asegura que no violará su Constitución, la cual prohíbe el procedimiento. Sin embargo, en esta partida de ajedrez político la impartición de justicia no parece ser la única pieza clave del juego.

Según Martin Mccauley, de la Universidad de Londres, el caso es la barrera principal que impide mejorar las relaciones entre Moscú y Londres. 

“No se puede hacer nada con Lugovói, está fuera de la persecución, por eso para avanzar en el caso hay que encontrar a alguien que no tenga inmunidad e iniciar un proceso penal contra esta persona”, opinó.

El proceso contra Kovtun

Todo apunta a que esa persona será el empresario ruso Dmitri Kovtun, quien fue investigado por haber visitado el hotel en el que se reunieron Lugovói y Litvinenko, y dónde supuestamente el ex espía habría sido envenenado con una sustancia radiactiva.

El magnate también fue investigado por la policía alemana en relación con los rastros de polonio que se encontraron en su apartamento en Hamburgo, pero la indagación se abandonó por falta de pruebas. Tras el cierre de la causa penal en el 2009, Kovtun desapareció de la mira policial y se duda que los agentes hayan encontrado algo en su contra esta vez.

El empresario tiene mucha información sobre las comunicaciones escritas entre el Comité Estatal de Emergencias, la Procuraduría Alemana y el actual departamento de homicidios.

“Según estos materiales, el Reino Unido no tenía ninguna excusa para imputarme algo, o por lo menos no tenían nada en el 2008. Ellos piensan en diferentes guiones en caso de que vuelva a su territorio. Es muy simple”, dijo Kovtun.

Andrei Lugovói aceptó testimoniar a través de videoconferencia y llegó incluso a mostrar su acuerdo con la ampliación de la investigación del caso, tan demandada por la viuda de Litvinenko, Marina.

La responsabilidad de los servicios secretos británicos

Lugovói recibió tranquilamente las revelaciones de Marina acerca de la labor de su marido para los servicios secretos británicos, aunque precisó que el motivo para destapar esta verdad fue que recibiría dinero británico como apoyo.

“Dado que fue un agente, el no operaba solo, recibía ciertas órdenes y estaba actuando bajo cierto comando, así que los servicios secretos británicos siempre estaban cerca, incluso en su muerte. Por eso ellos deben tener responsabilidad y esto implica pagar a los abogados cuyos servicios son muy caros, que el Estado británico rasque sus bolsillos”, recalcó Lugovói.

Perspectivas del fallo

Durante las audiencias penales, Kovtun igual que Lugovói testificará también por video conexión. Un lustro después de la muerte del ex agente existen muchas partes interesadas en atestiguar. No obstante hay opiniones que ven poco probable que se encuentre alguien que finalmente rinda cuentas.
 
“Ambos gobiernos han tomado una postura que no permite que alguien ceda. Desafortunadamente hay muchas cuestiones que se han generado durante estos últimos 5 años. Algunas fueron resueltas, pero ambas partes no coinciden en la materia y ahora es difícil imaginarse cómo van a desarrollarse las cosas”, concluyó McCauley

Aunque , transcurrido un lustro del asesinato, los avances en la investigación son escasos, el pasado mes de septiembre el presidente ruso, Dmitri Medvédev, y el primer ministro británico, David Cameron, coincidieron en señalar que el caso no debe obstaculizar el desarrollo de relaciones mutuas.