"Rusia no permitirá una nueva carrera armamentista"

Las medidas de carácter técnico-militar anunciadas por el presidente ruso Dmitri Medvédev son capaces de neutralizar las amenazas al escudo antimisil de Rusia procedentes de cualquier sistema de defensa pero no significan una nueva carrera armamenticia. Así lo declaró el representante de Rusia an

Las medidas de carácter técnico-militar anunciadas por el presidente ruso Dmitri Medvédev son capaces de neutralizar las amenazas al escudo antimisil de Rusia procedentes de cualquier sistema de defensa pero no significan una nueva carrera armamenticia. Así lo declaró el representante de Rusia ante la OTAN, Dmitri Rogozin.

“Son suficientes [medidas declaradas] tanto para reprimir, como para superar a cualquier sistema de defensa antimisiles y garantizar la independencia de las fuerzas estratégicas de Rusia de factores externos”, dijo al destacar que Rusia no permitirá ninguna carrera armamenticia.

Rogozin alertó que si Rusia averigua definitivamente que ya se han desplegado los elementos del sistema estadounidense en la zona de control de las fuerzas nucleares estratégicas rusas, entonces el enfoque adoptado de forma gradual será implementado a gran escala.

"Todas las medidas anunciadas por el presidente de la Federación de Rusia son en gran parte asimétricas, económicas y todas están incluidas en el programa estatal de armamentos. Quiero volver a hacer hincapié en que lo que declaran nuestros socios en el marco de las conversaciones contrasta de una manera drástica con lo que sabemos sobre su actitud real”, afirmó Rogozin. Subrayó que “la OTAN infringe los principios clave de la colaboración” entre Rusia y Estados Unidos.

Posibles repercusiones

Respecto a las posibles repercusiones que podrían tener las recientes declaraciones del presidente ruso, el director del Instituto de Economia Mundial, Yuri Moseikin, aseguró que Rusia había enviado anteriormente muchas señales a EE. UU. para poner punto final a las conversaciones y actualmente considera obligatorio salir del acuerdo sobre la reducción de armamentos estratégicos ofensivos.

“Hay que tener en cuenta que hay una interrelación entre los armamentos estratégicos ofensivos y defensivos que existe en el territorio europeo. Para defender a su población Rusia revocará este convenio y va a ubicar sus instalaciones militares en la región de Kaliningrado”, destacó el experto.

“Nos espera un camino bastante largo y duro de nuevas conversaciones. Hay que tener en cuenta que se desarrollan en el campo militar. Nos tocará regresar al punto inicial y comenzar nuevas conversaciones. Creo que a pesar de que sean duras, finalmente llegaremos a un acuerdo que va a ser conveniente para ambas partes”, sostuvo el analista.

Este miércoles, Dmitri Medvédev ordenó al Ministerio de Defensa el despliegue de un radar de alerta temprana contra misiles en el enclave báltico de Kaliningrado, en respuesta al escudo antimisiles de Estados Unidos. Al mismo tiempo, Medvédev recalcó que Rusia está dispuesta a continuar las negociaciones con EE. UU. sobre su sistema antimisiles en Europa.

“Es un paso atrás en la mejora de las relaciones entre EE. UU. y Rusia. La mutua desconfianza va en aumento”, sostiene el analista político Lajos Szazdi en relación a esta declaración. Según acentúa Szazdi, la salida de Washington del Tratado de Fuerzas Armadas Convencionales en Europa (FACE) le da derecho a no compartir más con Moscú las cifras de las fuerzas convencionales de la OTAN colocadas en las zonas fronterizas con Rusia. Por esta razón, opina, Moscú cree que la OTAN ve a Rusia como una amenaza y no como un socio.

“La postura firme de Moscú debe existir”, sostiene por su parte el periodista y analista político Serguéi Briliov. “Lamentablemente, en los años 1990 la Alianza Atlántica prometió mucho, pero no cumplió casi nada. Hubo una ampliación de la OTAN sin respetar los intereses nacionales de Rusia. Estamos ahora en una situación absurda, cuando, por ejemplo, los países Bálticos que eran repúblicas de la ex Unión Soviética, están ahora en la OTAN. La falta de entendimiento entre Moscú y Washington en este tema es lamentable”, sostiene Briliov.