Estados Unidos no van a reconsiderar el despliegue previsto de elementos de su escudo antimisil en Europa, según acaba de declarar el Consejo Nacional de Seguridad de EE. UU.
“No vamos ni a modificar ni a limitar nuestros planes acerca del sistema antimisiles”, asegura el Consejo, que precisó que “el sistema en Europa no amenaza y no puede amenazar de ninguna manera a las fuerzas estratégicas rusas”.
De esta forma EE. UU. ha reaccionado a la declaración de esta tarde del presidente de Rusia, Dmitri Medvédev. En su anuncio el jefe del Estado ruso advirtió que en respuesta a la aceleración del despliegue del escudo antimisiles norteamericano en Europa, Moscú podría salirse del Tratado ruso-norteamericano de reducción de armas estratégicas ofensivas.
La OTAN también mostró su reacción a la declaración del mandatario ruso. El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dijo que ante la posibilidad de despliegue de los misiles rusos cerca de las fronteras de la OTAN "surge desilusión profunda". Rasmussen añadió que se congratula de la aspiración de Medvédev de no "cerrar las puertas para el diálogo" con EE. UU. y la OTAN sobre el escudo.
Mientras tanto, Lituania se ha mostrado preocupada con la puesta en funcionamiento en su zona fronteriza del sistema ruso de alerta de ataques de misil, anunciado el miércoles por el presidente de Rusia Dmitri Medvédev.
El primer ministro lituano Andrius Kubilius opina que la Alianza Atlántica debe considerar con toda la seriedad posible la declaración del jefe del Estado ruso de que Moscú empezará a usar su sistema de alerta en la ciudad de Kaliningrado, el puerto ruso en el Mar Báltico enclavado entre Lituania y Polonia. Insiste que la OTAN, a través de “formas, reacciones y esfuerzos” debe convencer a Rusia que suavice su postura.
La declaración de Medvédev ha sido una respuesta al rechazo continuado de la Administración de Obama de dar garantías jurídicas de que el escudo antimisiles de EE. UU. no está dirigido contra Rusia. Lo único que las autoridades estadounidenses prometen a Rusia es hacer una afirmación por escrito, algo que no tendría valor jurídico, por lo que EE. UU. no tendría ninguna obligación ni responsabilidad.