El ojo morado del rey de España
El rey de España Juan Carlos I apareció durante la ceremonia de acreditación de los embajadores extranjeros con un ojo tumefacto y la nariz cubierta con un par de tiritas tras un 'choque' en el Palacio de la Zarzuela.
Se informa de que el monarca se produjo los traumas cuando iba a abrir una puerta en el palacio y, desde el otro lado, un ayudante la abrió a su vez para darle paso. Como resultado Juan Carlos I acabó con una herida suturada en la nariz, la ceja izquierda hinchada, el ojo con un gran hematoma y el pómulo izquierdo tumefacto.
Don Juan Carlos trató de ocultar las heridas con unas enormes gafas negrass, pero aun así se pudo observar una ligera hinchazón en el labio superior y en la base de la nariz.
El historial clínico del rey (que cumplirá 74 años el próximo enero) relacionado con la práctica deportiva da para horas de lectura, empezando por 1981 cuando el monarca se llevó por delante una puerta de cristal de su residencia. Acababa de jugar un partido de squash con su amigo Manolo Santana y el susto fue enorme.
Don Juan Carlos acabó con heridas en el tórax, una pierna, el brazo izquierdo, ambas manos y la nariz. Su accidente de 1995 en la estación de Candanchú le dejó fuera de combate para la práctica de uno de sus deportes favoritos, el esquí. Su afición a la nieve le dejó secuelas y algo tiene que ver con las dos operaciones sufridas este mismo año, una en la rodilla izquierda, y otra en el tendón de Aquiles de su pie derecho. La recuperación no ha sido lo rápida que los médicos plantearon.