La intromisión violenta en asuntos internos sirios es inadmisible, reiteró este viernes la diplomacia rusa al señalar que tal como lo hizo antes, Rusia se opone tanto a las presiones sobre Siria como a todo tipo de violencia, incluida la de las fuerzas opositoras.
Al comentar la recién aprobada resolución de la ONU sobre los derechos humanos en Siria, el portavoz de la cancillería rusa Alexander Lukashévich señaló que la situación de los derechos humanos “de ningún modo debe ser usada como un pretexto para inmiscuirse en asuntos internos de estados”.
“Es el mismo pueblo sirio el que debe decidir su futuro, sin ‘recomendaciones’ desde fuera”, dijo.
Asimismo, la diplomacia rusa criticó las acciones violentas de la oposición: “hoy nuestro principal objetivo es cesar la violencia, independientemente de la parte de la que provenga”.
Rusia, país que se abstuvo en la votación de la resolución sobre Siria, junto con otros 40 estados, sostiene que “por ahora lo que se precisa no son resoluciones ni sanciones o presiones sobre Siria, sino un diálogo político interno” en ese país.
Irán requiere que se le aplique la presunción de inocencia
Rusia también criticó la intención de “hacer recaer la culpa por un intento de atentado contra el embajador de Arabia Saudita sobre un estado concreto” y destacó la ausencia de pruebas y decisiones de un tribunal, en una clara alusión a las acusaciones de EE. UU. a Irán.
Dichas acusaciones están refrendadas en la resolución de la ONU del 18 de noviembre, que se abstuvieron de votar Rusia y sus socios del grupo BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica).
“De este modo se pone en tela de juicio el principio de la presunción de inocencia”, apuntó Alexander Lukashévich y explicó que la decisión de Rusia y sus socios del grupo BRICS de no votar en contra de la la resolución se debe exclusivamente a que Rusia también “está preocupada por la creciente amenaza terrorista” y es el mensaje principal del documento.