Argentina aplica "sintonía fina" contra la crisis mundial

Últimamente la recién reelegida presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha promulgado medidas para afrontar la crisis financiera y, tras encontrarse con los industriales más potentes, anunció los puntos clave para su nueve mandato: una economía competitiva con inclusión social.

Últimamente la recién reelegida presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, ha promulgado medidas para afrontar la crisis financiera y, tras encontrarse con los industriales más potentes, anunció los puntos clave para su nueve mandato: una economía competitiva con inclusión social.

Desde su reelección triunfal con el 54% de los votos, Fernández y su Gobierno continúan la expansión económica consecutiva iniciada hace nueve años en el país afrontando la crisis mundial. Han puesto en marcha proyectos para frenar la fuga de capitales y han aliviado la presión sobre el tipo de cambio, restringiendo la compra de dólares.

Además, la presidenta introdujo un recorte de los subsidios masivos estatales, dirigidos a pagar los servicios públicos, en los que Argentina gasta unos 16.000 millones de dólares. La idea apunta a los más ricos y les insta a renunciar voluntariamente de los subsidios y ayudar de esa manera al Estado, ahorrándole millones.

Esta semana Fernández intervino ante los empresarios de las industrias argentinas y aclaró su línea económica a partir del próximo 10 de diciembre, cuando empiece su mandato de otros cuatro años. "¿Cómo viene esta etapa? Yo la definiría como la etapa de la sintonía fina", dijo la mandataria.

Fernández recalcó que las empresas argentinas tienen que reinvertir sus ganancias en la economía matriz, criticó las especulaciones en el mercado de divisas y aseguró que no devaluará el peso para no acelerar la inflación elevada, un problema que aún está sin resolver.

Estas medidas tienen como objetivo asegurar la competitividad de la economía argentina que, según Fernández, solo "es sostenible con inclusión social". Y para lograr el componente social, Fernández apunto la necesidad del trabajo "tripartito" entre Estado, trabajadores y empresarios.

Del abismo de 2001 al crecimiento de 2011

La presidenta también recordó, contrastando el actual crecimiento económico, que este año es el décimo aniversario de la crisis de 2001 que desplomó al país en un abismo político y económico. Según Fernández, esa recesión ha sido una "maza" que "arraso con Argentina" y "derrumbó gobiernos, con cinco presidentes en una semana".

La crisis se desató en los últimos meses de 2001, cuando la fuga de capitales, la salida de depósitos bancarios y la ausencia de ayuda internacional desembocaron en desempleo y pobreza crecientes. Eso provocó fuertes enfrentamientos y tensión social, que llevaron a la dimisión del radical Fernando de la Rúa.

Le siguieron varios presidentes, el histórico cese de pagos (102.000 millones de dólares), la devaluación del peso, una fuerte crisis bancaria y desastres económicos como el desplome del PIB (Producto Interior Bruto) y una inflación vertiginosa. En 2002 tres de cada diez argentinos vivían en la pobreza y un 24% de la población no tenía trabajo.

La reactivación económica llegó en 2003 con Néstor Kirchner, quien instauró un modelo basado en la actividad agropecuaria, el rearme del quebrado tejido industrial, las exportaciones alentadas por un tipo de cambio competitivo y un fuerte papel del Estado como interventor en la economía.

Entre 2003 y 2010 el PIB de Argentina creció a un ritmo promedio anual del 7,7% y este año está previsto que cierre con una expansión del 8,3%. El paro ha bajado al 7,1% y la pobreza al 8,3%, situando a Argentina entre las economías más dinámicas de la región. Sin embargo, hasta ahora persiste una inflación alta, de un 10%, algo que aún le queda por dominar a Fernández de Kirchner.