EE. UU. estaría intentando desestabilizar la situación política en Nicaragua. El Ministerio Público de este país latinoamericano escuchará el testimonio de Víctor Boitano, un ex militar nicaragüense que denunció planes de desestabilización interna con la participación de la Embajada norteamericana.
Boitano comparecerá ante la justicia para ampliar sus declaraciones vinculadas a los comicios nacionales del 6 de noviembre. De acuerdo con el denunciante, recibió propuestas de la Embajada estadounidense para viajar a ese país y denunciar desde allí un supuesto fraude electoral en la nación latinoamericana con la implicación del Consejo Supremo Electoral.
Muchos expertos coinciden en que las acusaciones de fraude en este caso no tienen ninguna base, ya que los resultados de los últimos comicios, en los que Daniel Ortega fue reelegido presidente de Nicaragua, fueron reconocidos como legítimos por los observadores internacionales.
Por su parte, el analista político Brian Peterson considera que EE. UU. está aplicando una política de doble estándar y cualquier acusación de irregularidades en los comicios en Nicaragua sería ridícula. Peterson está seguro de que se trata de una “conspiración contra Daniel Ortega y el Partido Sandinista”. Al mismo tiempo el experto afirma que este tipo de declaraciones e injerencias no pueden influir “de manera significativa en la vida del país y en la dirección política del Gobierno nicaragüense”, que está llevando a cabo una serie de reformas sociales encaminadas a mejorar la vida de los ciudadanos.
EE. UU. está inmiscuyéndose en los asuntos internos del país centroamericano desde los años 80. Así en 1986 intentó derrocar al Gobierno sandinista fundado en 1979 financiando para ello a 'la contra'. La Corte Internacional de Justicia de La Haya llegó a condenar a EE. UU. a indemnizar a Nicaragua por los daños causados.