El médico de Michael Jackson, Conrad Murray, ha sido condenado a cuatro años de prisión, el plazo máximo para el cargo de homicidio involuntario. El fallo se ha producido tres semanas después de que el jurado le declarara culpable de la muerte del cantante.
El juez afirmó que el doctor cometió una “horrible violación de confianza”, cuando se suponía que era el encargado de cuidar de la salud de Jackson. Su fallo coincidió con la opinión de la acusación: es a Murray a quien le cae toda la responsabilidad por la muerte causada por la inyección del potente anestésico propofol.
Durante el proceso contra Murray fueron escuchadas las declaraciones de casi 50 testigos sobre las circunstancias de la muerte del cantante y del tratamiento que estaba recibiendo. El Rey del Pop era paciente en exclusiva de Murray, cuando el 25 de junio del 2009 cayó víctima de una sobredosis del sedante.