Londres congela las relaciones diplomáticas con Irán
El Gobierno de Reino Unido ha ordenado cerrar la Embajada de Irán en Londres y expulsar del país a todos los diplomáticos iraníes. Esta medida será aplicada dentro de las próximas 48 horas. Al mismo tiempo, las autoridades británicas evacuarán a todos los empleados de la misión del país europeo en Teherán.
La decisión viene un día después de que unos 200 manifestantes asaltaran, en tres ocasiones a lo largo de una jornada, la Embajada británica en la capital persa y la tomaran durante un tiempo. El secretario de Asuntos Exteriores de Reino Unido, William Hague, afirmó que los ataques que sufrieron la víspera las instalaciones diplomáticas no hubieran podido ocurrir sin algún tipo de consentimiento del Gobierno iraní.
A su vez los ministerios de exteriores de Alemania y Francia llamaron a consultas a sus embajadores en Irán en respuesta a la irrupción de los manifestantes iraníes en la sede de la diplomacia británica en Teherán. Por su parte, las autoridades noruegas anunciaron el cierre de su embajada en la capital iraní “por razones de seguridad”. De momento, la diplomacia de este país escandinavo no ha tomado la decisión de evacuar a sus representantes de la república islámica.
El pretexto para el desarrollo precipitado de los hechos se lo dio el programa nuclear iraní, sospechoso de tener un carácter militar y no puramente energético, tal y como insistían las autoridades del país asiático. Sin embargo, la catedrática de un instituto especializado de la Universidad de Londres, Shirin Shafaie, que es experta en la temática de Oriente Próximo afirma que “Occidente no dudó en usar cualquier excusa para romper relaciones con Irán”.
A juicio de Shafaie, el empeoramiento de las relaciones no es beneficioso para ninguna de las partes. Los iraníes pierden mucho, pero los europeos sufrirán también, ya que el Estado persa es uno de los principales suministradores de petróleo, sugiere la experta. Al mismo tiempo predice una escalada ulterior respecto a la situación actual.
Manifestantes centraron su ira en los británicos
La manifestación en Teherán, que culminó con el ataque contra la embajada, fue una expresión del desacuerdo popular contra las sanciones financieras impuestas a Irán por el Gobierno británico.
Primero los asaltantes se enfrentaron a la Policía antidisturbios gritando: “Muerte a Inglaterra”. Exigieron la expulsión inmediata del embajador británico. Luego superaron y apartaron a los agentes y se pusieron a lanzar piedras y cócteles molotov contra las instalaciones de la sede diplomática. De esa forma desencadenaron un incendio en uno de los edificios del complejo.
Al irrumpir por la tarde en el territorio protegido por las leyes internacionales, los manifestantes más jóvenes saquearon documentos oficiales, retiraron la bandera británica e izaron la iraní en su lugar. Entre otras acciones, capturaron a seis miembros del personal de la misión diplomática, pero la Policía liberó a todos los rehenes y les entregó a un representante oficial de Reino Unido.
La iniciativa de disminuir las relaciones bilaterales fue tomada por el Parlamento de la República Islámica. Los diputados adoptaron el pasado domingo una decisión que incluía el visto bueno para expulsar al máximo representante diplomático de Reino Unido en el plazo de dos semanas.