EE. UU. no está dispuesto a firmar ningún acuerdo sobre las garantías jurídicas respecto al escudo antimisiles con Rusia, porque no esto no es "ventajoso" para el estado norteamericano.
Al mismo tiempo, la parte rusa podría dar nuevos pasos en respuesta al sistema de defensa antimisiles de EE. UU. y la OTAN en Europa "en caso de necesidad", según lo confirmó el presidente Dmitri Medvédev.
Rusia se verá obligada a dar estos pasos si no se logra un acuerdo sobre el escudo antimisiles durante los 8 a 10 años siguientes, subrayó el líder del país. La primera etapa de estas medidas ya tuvo lugar con la puesta en marcha de un centro de sistemas de radares, desplegados en la provincia rusa más occidental: Kaliningrado.
Un paso forzado
Hace una semana Medvédev se dirigió a los ciudadanos, comentando la situación de la defensa antimisiles de EE. UU. y los Estados miembros de la OTAN que se creó en Europa. Informó de que había tomado decisiones para responder a los planes de la creación de ese sistema, en particular, sobre la puesta en marcha del nuevo radar en Kaliningrado.
Al analizar esa declaración en su discurso este jueves, el mandatario la calificó como "premeditada": Rusia "fue forzada a hacerla", subrayó.
Medvédev expresó su deseo de que "ninguno de los dirigentes de su país se vea obligado a tomar decisiones forzadas respecto al armamento de ataque". Además, Moscú está abierto absolutamente al diálogo para resolver la situación, según el presidente.
¿Diálogo o monólogo?
Al mismo tiempo, EE. UU. no está dispuesto a firmar los documentos sobre las garantías jurídicas respecto al escudo antimisiles europeo que solicitaba Rusia, indicó Medvédev.
Esta intención del presidente Barack Obama fue trasmitida al líder ruso después de la cumbre Rusia - OTAN, que se celebró hace un año en Lisboa.
Entonces Obama informó a Medvédev que la conclusión de estos acuerdos "no sería ventajosa políticamente" para EE. UU., y el Congreso norteamericano y que algunos organismos políticos de Europa no los aprobarían.