El secretario general de la OTAN ve mucho sentido en que la Alianza Atlántica y Rusia cooperen para crear dos escudos antimisiles que tengan un mismo objetivo, pese a las fuertes declaraciones hechas por el presidente ruso.
"Eso tendría razón desde el punto de vista práctico, militar y político. Eso demostraría de una vez para siempre que podemos reforzar la seguridad juntos y no uno contra el otro", explicó Anders Fogh Rasmussen en su artículo escrito especialmente para el diario de negocios ruso Kommersant.
Dijo que está contento de que el presidente ruso, Dmitri Medvédev, "no le ha cerrado la puerta al diálogo con la OTAN sobre la defensa antimisiles". "Continuaremos este diálogo también", resaltó.
El secretario general añadió que Rusia y la OTAN tienen tareas comunes de prevención de amenazas de ataques nucleares, subrayando que Rusia también puede enfrentarse con tales amenazas.
"Más de 30 países están desarrollando tecnologías punteras de misiles. Algunos ya disponen de misiles balísticos que representan armas de destrucción masiva", resaltó Rasmussen. "Varias de nuestras ciudades están a su alcance, por lo que necesitamos medidas de defensa reales", agregó.
Rasmussen recordó que los países integrantes de la OTAN han planteado tres propuestas que alentarían la cooperación con Rusia. Entre estas se incluye una iniciativa sobre la transparencia en los programas de defensa antimisiles a través de intercambios en el Consejo Rusia-OTAN, ejercicios conjuntos en defensa antimisiles en 2012 y la creación de dos centros conjuntos de defensa antimisiles: uno para el intercambio de datos y el otro para cooperar en planificación.
Respuesta rusa al escudo antimisiles
El mes pasado el presidente ruso, Dmitri Medvédev, declaró que su país se verá obligado a dar 'contrapasos' en respuesta a los planes de EE. UU. de crear un escudo antimisiles en Europa. EE. UU. se negó a firmar los documentos, solicitados por Moscú, sobre las garantías jurídicas de que el escudo no amenazará a Rusia.
Medvédev comunicó que Rusia podría salir del Tratado ruso-estadounidense de reducción de armas estratégicas ofensivas (START, firmado en 2010 en Praga) si Estados Unidos sigue adelante con su política en Europa sin prestar atención a las propuestas de Moscú.
Entre los pasos concretos a tomar por parte rusa, citó los siguientes:
- La puesta en funcionamiento del sistema de alerta de ataques ubicado en la ciudad de Kaliningrado.
- El fortalecimiento de la defensa de objetivos estratégicos de armamento nuclear.
- El equipamiento de los misiles balísticos estratégicos con instrumentos que los hagan capaces de superar el escudo antimisiles.
- El desarrollo de medidas que permitan eliminar los sistemas de información y de control del escudo.
- La instalación de misiles móviles Iskander en el oeste y en el sur de Rusia.
Al mismo tiempo Moscú apuesta por la vía del diálogo a fin de llegar a un acuerdo común "hasta que Washington supere el punto de no retorno en este asunto".