El interés de la comunidad hispana en EE. UU. por las próximas elecciones presidenciales está en declive. Solo un 44% de los votantes de origen latino se ven entusiasmados con la votación venidera. Así lo demuestra una serie de sondeos, sobre las preferencias electorales, que el centro sociológico Latino Decisions ha realizado a partir de febrero de este año.
En octubre pasado, el porcentaje de los que experimentaban mucho entusiasmo por los comicios del 2012, se situó cerca de un 47. En agosto era de un 50%, la mitad de los encuestados eran de los 21 estados con mayor población hispana, en particular Nevada, Nuevo México y Colorado.
En general dicen los expertos, la intención de voto y el entusiasmo de este importante sector de la población, respecto a los resultados de la campaña, son cruciales para la reelección de Barack Obama y no son tan prometedores para el mandatario como se creía. Por otro lado, la aprobación entre los hispanos del actual presidente durante todo ese período ha permanecido relativamente estable, al tiempo que ningún candidato republicano ha conseguido despertar el interés de los hispanos. Sólo un 9%, en el último sondeo realizado, se manifiesta estar seguro de votar por un candidato republicano.
Las recientes encuestas revelaron cierta contradicción entre lo que opinan en el cuartel electoral de Obama y la opinión pública predominante en el sector latino del electorado. Hace pocas semanas, la portavoz hispana de la campaña, Gabriela Domenzaín, había rechazado que los latinos pensaran que la reforma migratoria sea el tema más importante para la nación. Conforme a las encuestas, el tema migratorio compite con la economía y el empleo como los de máximo interés entre los electores.
Desde febrero, Latino Decisions preguntaba reiteradamente a sus encuestados cuál es el tema que ellos creen que el presidente y el Congreso deben atacar o a qué deben darle prioridad. La inmigración y la economía siempre quedaban en los dos primeros lugares, con más del 40% de los votos.
Mientras tanto, según calcularon los analistas del mismo centro, el presidente necesitaría una ‘supermayoría’ o más del 75% del voto latino para contrarrestar la pérdida de respaldo en otros segmentos de la población. Esta tendencia ya había sido registrada por otros institutos sociológicos estadounidenses.